UN ICONO DE LOS TEBEOS DE BRUGUERA

¿Quién es quién en '13, Rue del Percebe'?

La edición integral de la mítica serie de Francisco Ibáñez, que llega este miércoles a las librerías, cumple 55 años el domingo

Viñeta característica de Francisco Ibáñez para '13, Rue del Percebe'.

Viñeta característica de Francisco Ibáñez para '13, Rue del Percebe'. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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El 6 de marzo de 1961, el domingo hará 55 años, debutaba en la revista ‘Tío Vivo’ el mítico edificio situado en el número 13 de la Rue del Percebe, con una primera página en la que aparecían sus memorables inquilinos, creados por Francisco Ibáñez y destinados a ser una de las series más populares de los tebeos de Bruguera. En un volumen irresistible para nostálgicos, pero con un humor por el que no han pasado los años, este miércoles llega a las librerías una edición integral con las 342 páginas que dibujó el veterano historietista.

El álbum, publicado por Ediciones B, de gran formato y con lomo de tela, reúne desde la primera entrega realizada por Ibáñez en 1961 hasta las últimas, de 1968, e incluye también la que dibujó en el 2002 para un volumen especial de la colección ‘Super Humor’. En ella, además de contar con la presencia invitada de Rompetechos, por quien el dibujante siempre ha confesado debilidad, ponía al día a sus otros ‘hijos’: sin ir más lejos, los inquilinos de la superpoblada pensión se han vuelto ‘okupas’,  los gamberros churumbeles del tercero se han hecho mayores y toman éxtasis y las deudas del moroso Manolo de la buhardilla son en euros y no en pesetas.

80 CUMPLEAÑOS DE IBÁÑEZ

13, Rue del Percebe’ es la serie que más sudores le costó a Ibáñez, que debía exprimir su ingenio e inventiva en cada página, pues cada una implicaba múltiples gags, volvía a reconocer el veterano dibujante en la reciente presentación del Salón del Cómic de Barcelona, donde será homenajeado por su 80º aniversario (cumple años el 15 de marzo) con una exposición antológica, que llega además tras un 2015 de éxitos con los álbumes de Mortadelo y Filemón ‘El tesorero’ y ‘¡Elecciones!’. 

La portada del integral la ha realizado expresamente para la ocasión Ibáñez, quien se autoretrata subido a un andamio colgado del tejado de 13, Rue del Percebe. Para el nuevo álbum, que no incluye las páginas realizadas puntualmente por otros dibujantes, se han vuelto a rotular los textos para sustituir la antigua tipografía de máquina de escribir de los cómics de Bruguera y se ha restaurado el color de las viñetas originales. 

¿QUIÉN ES QUIÉN?

Para refrescar la memoria valga este ¿quién es quién? de los inquilinos de 13, Rue del Percebe. 

Manolo el moroso. Vive en la buhardilla de la azotea. Inspirado mayoritariamente en el dibujante Manolo Vázquez, creador de Anacleto, coetáneo en Bruguera y amigo de Ibáñez, es un pintor eternamente perseguido por sus acreedores que hacen cola a su puerta y de quienes siempre se deshace con ingeniosas fórmulas. 

Don Hurón. Habita en la alcantarilla que hay frente a la portería, que le ha alquilado, según afirma en la primera página de 1961, la vecina del primero. Siempre se le cuelan en ‘casa’ peatones distraídos que van leyendo el periódico y no ven la tapa. Suele tener problemas cuando llueve...

El tendero Don Senén. Su colmado limita con la portería. Es un as inventando fórmulas para engañar a las clientas con el peso y la calidad de sus productos, como colocar un imán bajo la báscula.

La portera. Siempre alerta de todo lo que ocurre en el edificio, ya en la primera viñeta aparece denunciando a la policía la desaparición de la chimenea de la azotea (que acaba de llevarse a su casa el caco Ceferino, que vive en el tercero). Suele hablar con Don Hurón, con las parejas que preguntan por un piso para alquilar y con los usuarios del ascensor, habitáculo que se convierte en un protagonista más de la historieta y cerca del cual suele andar una pequeña araña amante de los disfraces.

El ladrón Ceferino. Vive con su mujer en el tercero, debajo de la buhardilla del moroso. Especialista en robar cosas inútiles, que a menudo le salen caras, de vez en cuando recibe la visita de la policía. 

Los niños gamberros. En el mismo rellano del caco vive una mujer con sus cuatro pequeños y gamberrísimos hijos. En las primeras entregas también compartían el piso con una rubia y atractiva hermana mayor, cuyos novios y pretendientes eran el objetivo de los ‘juegos’ de sus traviesos hermanos.

El científico loco. En el segundo vivió, durante un buen número de entregas, un émulo de Frankenstein capaz de crear terribles seres en sus terroríficos experimentos. Pero un día dejó el piso vacante porque la censura de la época decía que solo Dios podía crear vida. Tras varias páginas con la portera mostrando las ‘ventajas’ del piso a posibles inquilinos, entra a vivir en él un sastre al que más vale no encargarle un traje, pues puede coserle tres perneras a un pantalón porque cualquiera puede descontarse.

La anciana amante de los animales. Incondicional de la Sociedad Protectora de Animales y siempre víctima de las gamberradas de sus queridos gatitos negros, puede tener como mascota desde una ballena a un cocodrilo. 

El veterinario. Vive en el primero, bajo la anciana y sus mascotas. De dudosa profesionalidad, sus clientes pueden ser desde un elefante a una serpiente, pasando por un toro en horas bajas o una sirena con dolor de cabeza.

La dueña de la superpoblada pensión. Agarrada y rácana, tiene el récord de huéspedes realquilados por metro cuadrado, aunque tenga que colar alguno incluso en el ascensor, para enfado de la portera.

El gato y ratón. Habituales en la azotea de 13, Rue del Percebe, un cruel roedor siempre está presto a torturar y a hacerle mil perrerías a un ingenuo gato negro.