Romper la cáscara de nuez

Esta novela no puede añadirse sin más a la cosecha de novelas de la temporada;  no pueden sumarse magnitudes desiguales. Lo que practica Pombo es otra cosa y es admirable, es ejercicio complejo de investigación estilística y moral, porque se adentra en el idioma y en la conciencia humana como un minero que tratara de multiplicar el número de galerías interconectadas. La primera indagación, la expresiva, la realiza mediante la confluencia de tres registros: el filosófico, el lírico y el coloquial (a veces cruda y eficazmente escabroso); la segunda búsqueda se vale de esos mismos recursos pero se concentra en el problema de la conducta individual y sus repercusiones en la vida de los otros, desde los más próximos hasta los más ajenos (los inmigrantes o los drogadictos...). Todo esto suena arduo, pero debería sonar a proyecto literario y cognoscitivo riguroso, de rara bravura bajo la dictadura del mercado, un empeño que toca casi siempre el nervio de las dudas insolubles de muchos seres humanos. Pombo es un extraordinario creador de criaturas femeninas, como lo es de jóvenes apolíneos, cerebrales y despiadados. La transformación de Johanna Sansíleri ofrece una perfecta muestra de ambos perfiles. Johanna una mujer hermosa que ha vivido en ensimismado aislamiento hasta que, tras la muerte de su esposo, descubre que este tenía una segunda familia, la de Monina y su hijo Alexis. La revelación dispara el cuestionamiento de su vida anterior y activa un proceso de apertura hacia lo que trasciende esa subjetividad radical: los otros, lo otro. La culpa, el sentimiento de incompetencia, el fracaso se mezclan con la necesidad de comprender y de tender la mano más allá de su castillo de cristal. Alexis, en su fulgurante ingenio y belleza, encarna una otredad diabólica que intenta contrarrestar la apertura a la solidaridad de Johanna. Sin embargo no es el eterno pulso entre el mal y el bien lo que acapara el centro del escenario, sino la lenta desembocadura de Johanna en una ética de la responsabilidad del bien, según la cual no hay más camino a la serenidad y la sustancia existencial que la conducta destinada a combatir el sufrimiento y la injusticia. Pongo la mano en el fuego.

3LA TRANSFORMACIÓN

DE JOHANNA SANSÍLERI

Álvaro Pombo

Destino. 252 p. 18,90 €