Roger Mas, Brasil telúrico

El cantautor abrió el Mercat de Vic con Benjamin Taubkin

Roger Mas, durante el concierto que ofreció en el teatro Atlàntida.

Roger Mas, durante el concierto que ofreció en el teatro Atlàntida.

JORDI BIANCIOTTO / VIC

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El espectáculo inaugural del Mercat de Música Viva de Vic debían protagonizarlo Roger Mas y el grupo galés Plu, pero un accidente de circulación se interpuso este verano y el partenaire del cantautor de Solsona pasó a ser el pianista brasileño Benjamin Taubkin, a quien conoció en una visita a Salvador de Bahía en el 2008. La asociación se saldó con un paseo por el repertorio de Mas con una actitud inédita, incorporando recónditos ritmos tradicionales brasileños y enfoques experimentales.

Esas canciones están tan hechas, y su interpretación vocal es tan sólida, que moverlo todo de sitio comporta riesgos. El jueves, en el teatro Atlàntida, hubo un territorio común allá donde Taubkin introdujo ingredientes oscuros, misteriosos, aunque los tratamientos instrumentales tenían mucho peso y alejaban algunas partituras de sus orígenes. Pero Taubkin alertó de que en Brasil «hay mucha más música que la samba y la bossa nova», y lo ilustró llevando, por ejemplo, Preludi (del disco Les cançons tel·lúriques) al terreno del maracató previa introducción atonal. Papel destacado para los dos músicos adjuntos, el intrépido percusionista brasileño Ari Colares (que tocó el berimbau en un sustancioso, primitivo, asalto a La cuca fera) y para el multinstrumentista tarraconense Roger Benet (en cuyo reciente disco Ciutòpolis colabora Mas en una canción), que aportó saxos y clarinetes (y un ukelele en Volant).

Riguroso, profundo, registro vocal del cantautor en un repertorio enteramente suyo con la única excepción de Canta, Maria, de Ary Barroso. La densidad ambiental se matizó en un luminoso Records de viatge que el cuarteto repitió al final, tras el mayor atrevimiento de la noche, una adaptación de I la pluja es va assecar que derivó en un desarrollo de bossa nova con aires easy listening. Telurismo sutilmente pervertido.