LO MEJOR DEL 2014 /2

Restaurantes

Matís Bar. Plaza Nova, 5

Matís Bar. Plaza Nova, 5

PAU ARENÓS

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Disfrutar Villarroel, 163 Después de El Bulli

Por fin, Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas lo han conseguido, y en el último mes del año, cuando las gargantas se atascan con los polvores: han abierto Disfrutar, epítome de El Bulli, donde fueron jefes de cocina. Vanguardia sin teatralidad, solo sabor. Están destinados a grandes reconocimientos. Los macarrones de gelatina de jamón con espuma de carbonara son el plato/resumen. De lo popular a la alta cocina.

BISTREAU Paseo de Gràcia, 38

Ángel León finaliza 2014 a lo grande, coronado con algas: un hijo, la segunda estrella para Aponiente (en El Puerto de Santa María, que traslada) y el barcelonés BistrEau en el Hotel Mandarin. Experto en cocina marinera, la suya no se parece a la de otros restaurantes de la especie. El capipota con piel de atún, colágeno de raya y chorizo marino concentra lo mejor de ambos mares, mundos y estilos. 

Hoja santa Mistral, 54

Lo peruano ha dado paso a lo mexicano. Están emocionados los indios (atención al joven Tandoor) por si llega su momento. Albert Adrià y su genio han abierto dos restuarantes en plan matrioska, cocinados por Paco Méndez: la taquería Niño Viejo y el gastronómico Hoja Santa. ¿Es posible otra revolución mexicana sin el típico sombrero? Oaxaca, de Joan Bagur y Sagardi, refuerza la tendencia mex.

Matís bar Plaza Nova, 5

Los chefs off Barcelona buscan alegrías en la metrópolis. Los hermanos Martínez de Terrassa, Juanjo y Artur, el crack de Capritx, han encontrado asilo en los bajos del Col·legi d’Arquitectes. Las albóndigas a la jardinera son un hito de lo cotidiano llevado a lo más. Desde Santa Coloma de Gramenet, Victor Quintillà (Lluerna) ha puesto picante en Bitxarracu. En ambos lugares, amistosos precios.

Can Boneta Balmes, 139

La ciudad ha descubierto las tabernas, tal vez porque se habían ido o languidecían entre telarañas. Can Boneta recupera el mármol y el porrón. Algún día beber en porrón será hipster, y lo estropearán. Imprescindible el blini de tortilla con butifarra blanca. Se tabernea en más lugares: La Taverna del Suculent, de Carles Abellan, y la Taverna Hofmann, de Mey Hofmann. A los aristochefs les tira la cocina de anticuario.