ANÁLISIS

Resines en el videoclub

RAFAEL TAPOUNET

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Al cine español, el anuncio (¿qué otra cosa es una gala de entrega de premios sino una estupenda manera de vender las bondades del producto?) le quedó esta vez poco lucido. Triste. Anodino. Desganado. Ni el pretexto del 30 aniversario pareció ser estímulo suficiente para que los responsables de la ceremonia se animaran a ir más allá de apañar una función de tres horas austera y sin estridencias. Y con poca gracia. Se diría que, en un momento en el que el Gobierno del PP acaba de modificar el sistema de ayudas a la cinematografía y aún colea el presunto fraude de las subvenciones (con la imputación del expresidente de la Academia, Enrique González Macho), el deseo de no molestar y no llamar la atención acabó enterrando cualquier atisbo de audacia en una gala de la que ya casi ni nos acordamos.

Fue un puro trámite en el que hasta los defectos pasaron con discreción. De hecho, ni los problemas técnicos, ni la inanidad de los chistes, ni la arritmia del guion, ni los interminables discursos de agradecimiento, ni la sobreactuación de algunos de los premiados dejaron un rastro de perplejidad (y de alarma) tan grande como el que dejó el discurso del presidente de la Academia del Cine Español, Antonio Resines. Un discurso trivial y poco trabajado (Resines ‘solo’ tuvo 10 meses para prepararlo) en el que el actor no aportó ni un solo mensaje positivo o ilusionante (en un año no especialmente malo para el sector) y prefirió, en cambio, después de pedir con la boca pequeña la preceptiva rebaja del IVA, quejarse una vez más de la piratería, soltar datos sin contraste posible (¿1.900 películas descargadas cada minuto? ¿En serio?) y mandar un abrazo solidario "a los que mantienen abierto un videoclub". ¡Un videoclub!

Si la Academia piensa que en el tiempo de las plataformas digitales y los servicios de 'streaming' el futuro del cine español pasa por el videoclub, tiene un serio problema. Aunque puede que, en el contexto del homenaje más o menos explícito a 'Amanece que no es poco' en el que se desenvolvió su parlamento, Resines solo quisiera "sacarse la chorra" un rato. Así, sin darse importancia.