Festival de cine de Cannes

Al rescate del espíritu beat

Walter Salles aburre con su adaptación de la novela 'En la carretera' de Jack Kerouac

Walter Salles, tercero por la izquierda, con el equipo de la película 'On the road', ayer, en la alfombra roja de Cannes.

Walter Salles, tercero por la izquierda, con el equipo de la película 'On the road', ayer, en la alfombra roja de Cannes.

NANDO SALVÀ

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La versión cinematográfica deEn la carreteraparecía condenada a no existir nunca. Seis años después de escribir la novela hace ahora 50 años, Jack Kerouac escribió una carta a Marlon Brando proponiéndole que participara en una adaptación, pero el actor nunca contestó. Coppola lo intentó durante dos décadas, pero no hubo forma. Varias tentativas más se han sucedido a lo largo de los años, y nada.On the road, presentada finalmente ayer en Cannes, deja claro que lo más sensato habría sido dejar la novela en paz.

En la carretera, ya saben, es la crónica de los encuentros que a finales de los 40 Kerouac tuvo con autores como Allen Ginsberg o William Burroughs y sobre todo con el magnético Neal Cassidy, y de los viajes que llevaron a cabo a través de EEUU buscando respuestas a las grandes preguntas. En otras palabras, el manifiesto literario de la generación beat. Hay quien dice que, además, es una gran novela; otros, que es un sopor. De forma involuntaria, la película da la razón a los segundos.

«Cuenta el despertar político y social de dos jóvenes que descubren una geografía humana de la cual no sabían nada», explicaba ayer Walter Salles, el director. En realidad, durante dos horas y cuarto, contemplamos a los héroes deEn la carretera mientras viajan en coche de Nueva York a Denver, o de Denver a Nueva York, o a San Francisco, o a México, se van de fiesta y no dejan de insistir en lo apasionados y profundos que son. Salles está convencido de que en efecto lo son, pero no trata de convencernos a nosotros.

UNOS NIÑATOS ARROGANTES / Dicho de otra manera, lejos de justificar la relevancia de la novela o del movimiento literario, de explicar por qué en su día fueron modernos -y reconocer que hoy están desfasados-, se limita a reproducir los clichés más manidos de la iconografía beat: la música jazz, los estados alterados de conciencia, los románticos discursos sobre vivir la vida al máximo. En lugar de penetrar en la mente de Kerouac y sus compañeros de quinta, los convierte en unos niñatos arrogantes, vagos y narcisistas y, sobre todo, muy aburridos.

EL IMPACTO DE LEOS CARAX /Holy motorsnos mostró a un Leos Carax decidido a hacer lo que le da la gana. Han pasado 13 años desde que dirigióPola X, y a estas alturas quien más quien menos le daba por muerto. Por tanto, no tiene nada que perder.

Su nueva película acompaña a un hombre por París y se mete en la piel de diferentes personajes: una anciana, un hombre de negocios, un vagabundo, un asesino, el examante de Kylie Minogue o un monstruo de cloaca que se tumba en el regazo de Eva Mendes desnudo y erecto. ¿Una meditación sobre la identidad? ¿Un ejercicio de pura imaginación? Un salto sobre la barrera de la normalidad, y una obra extraña, inescrutable, demente, hipnótica, a ratos muy idiota y casi siempre bellísima.