La gran cita con la historieta

Rendidos a Moebius

El Salón del Cómic premia al artista fallecido, a José Domingo y al veterano José Ortiz

ANNA ABELLA
BARCELONA

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Quizá Jean Giraud, Moebius, se haya puesto hoy el gorro puntiagudo de su emblemático Arzak y esté sobrevolando en su vehículo con forma de pterodáctilo el recinto del Salón del Cómic de Barcelona, que tan bien conocía, con una sonrisa en el rostro. Porque anoche la profesión demostró que sigue a los pies del maestro desaparecido el pasado marzo. Si tras su muerte la feria improvisaba una muy digna exposición que reúne originales e inéditos y el tributo en ilustraciones de diversos artistas, el padre del teniente Blueberry recibía ayer a título póstumo el premio a mejor obra extranjera por su último álbum publicado en España,Arzak el vigilante(Norma), donde cuenta la historia de su mítico personaje 30 años después de su creación.

El Gran premio del Salón, dotado con 10.000 euros, que reconoce la trayectoria de más de 25 años de un artista, fue para otro histórico de la historieta, el prolífico dibujante José Ortiz (Cartagena, 1932). De su pincel, desde que empezó a dibujar a los 16 años, han salido personajes de wéstern, aventuras o terror desde las páginas de series comoHombre, Sigur el Vikingo, Morgan UFO Agente especial, Tarzán oJack el Destripadory, como la mayoría de los historietistas de su generación, colaboró en las editoriales Toray y Bruguera.

EL OFICINISTA JAPONÉS / El galardón para la mejor obra de autor español, también dotada con 10.000 euros, se la llevó el gallego de adopción José Domingo (Zaragoza, 1982) gracias a su sorprendente y originalAventuras de un oficinista japonés(Bang Ediciones), una obra sin palabras que suma un frenesí de delirantes, surrealistas, rocambolescas y divertidas situaciones con las que el protagonista se va encontrando desde que un día sale del trabajo con su maletín para volver a casa.

«Las ideas iban surgiendo, se me disparaba la imaginación para seguir tirando de la historia, ni yo mismo sabía lo que iba a pasar después de cada escena, me sorprendía a mí mismo porque era como si el tebeo tuviera vida propia», explicaba ayer el propio autor, que ha sometido a su pobre oficinista al acoso de familias caníbales, yetis, mutantes, sectas sangrientas y hasta un sushi gigante, aunque también lo ha mimado con amistosos animalillos del bosque o flechazos que acaban en una habitación de motel.

Con todos esos elementos Domingo, que se autorretrata en el cómic en el Infierno -«una metáfora de ciertos momentos de agobio del trabajo del dibujante»- logra su objetivo: «divertir y sorprender a cada viñeta y cada página».

El Salón también premió a Lola Lorente (Bigastro, Alicante, 1980), autora deSangre de mi sangre(Astiberri), como Autor revelación, categoría dotada con 3.000 euros y patrocinada por la Fundación Divina Pastora, y como mejor fancín,Usted, tras quien está Esteban Hernández (Culpable y otras historias).

INICIOS CON MANUEL GAGO / La carrera de José Ortiz empezó cuando siendo adolescente ganó un concurso de la revistaChicosque le convirtió en ayudante de Manuel Gago, creador deEl guerrero del antifaz. Trabajó también para el mercado británico y hasta hizo una tira diaria para elDaily Expressen los años 60.

Queda aún todo el fin de semana para que, visitando su exposición, los fans rindan homenaje a Moebius, quien pisó por primera vez la feria barcelonesa hace 20 años. Con los inéditos y originales ayudó su viuda, Isabelle. El resto son tributos de diversos artistas. Entre ellos, el italiano Enrico Marini, que ayer dio una charla sobre Giraud con Milo Manara: En su ilustración, Blueberry mira la pirámide donde reposa su creador: «So long, Dad» Hasta luego, papá.