Reivindican que el cuerpo de Dalí tenía que ser enterrado junto al de Gala

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El periodista Miguel Ramos Tornadijo ha presentado este viernes ante la prensa las hipótesis por las que niega la versión oficial que las autoridades argumentaron tras la muerte de Dalí para enterrar su cuerpo en el museo que el artista creó en Figueres (Girona), en lugar de depositar sus restos junto a Gala, su esposa.

Tornadijo ha recordado que tras la muerte del pintor surrealista el 21 de enero de 1989, después de haber permanecido hospitalizado durante varias semanas, el entonces alcalde de Figueres, Marià Lorca, manifestó que Dalí le había comunicado su deseo de ser enterrado en el Teatro-Museo Dalí, inaugurado en 1974 y que había sido concebido y diseñado por él.

El periodista niega esta versión y precisa que durante toda su vida había trasladado a sus allegados el deseo de permanecer junto a su esposa y musa, Gala, en el castillo de Púbol, donde Dalí había construido dos tumbas contiguas para que ambos descansaran en paz juntos.

Según argumenta, varios testimonios defendieron en su momento que Dalí quería ser enterrado junto a su esposa, entre ellos, los de su mayordomo durante más de 40 años, Arturo Caminada; los masoveros de Púbol Joaquim y Dolors Xicot; el secretario de Dalí, Robert Descharnes, o el fotógrafo Marc Lacroix, entre otros.

Sin embargo, solo dos de las personas que escucharon su voluntad permanecen vivas: la cineasta Silvia Munt, quien realizó en 2001 un documental sobre Gala, y Beatriz de Moura, editora de Tusquets durante 45 años.

"¿Cómo es posible que durante 52 días, es decir, desde el 1 de diciembre de 1988 hasta el 21 de enero de 1989 el alcalde no fuera capaz de llamar a un notario para levantar acta pública de la voluntad de Dalí de cambiar su sepultura?", se pregunta Tornadijo, en referencia al tiempo que Dalí estuvo en el hospital.

El periodista argumenta que la decisión del entonces alcalde de Figueres de enterrar el cuerpo del artista en el Teatro-Museo Dalí se debe a motivos económicos para convertir la ciudad en la "meca del surrealismo" y atraer a turistas a la localidad.

Además, indica que las imágenes de Dalí durante sus últimos días muestran su "grave" estado, en el que duda que pudiera haber manifestado decisiones sobre su entierro.

Según han indicado fuentes del museo a Europa Press, el féretro se encuentra debajo de la cúpula geodésica que corona el edificio, fue fruto de un encargo de Salvador Dalí al arquitecto murciano Emilio Pérez Piñero y uno de los elementos más visibles de la construcción.

Tal y como aseguran, se trata del lugar que escogió el pintor, un deseo que, aunque no aparece en ningún escrito, aseguran que fue manifestado en varias ocasiones.

La cripta se sitúa dos metros bajo los pies, un espacio "dignificado" para el féretro del artista, según indican estas mismas fuentes; mientras que el periodista, en cambio, sostiene que el féretro se encuentra al lado de un baño, un lugar que no considera adecuado para ubicar el féretro.

CONSPIRACIÓN PARA RECUPERAR EL CUERPO

Tras el entierro de Dalí, un grupo de diez personas se reunieron para urdir un plan con el fin de recuperar el cuerpo del artista y llevarlo al lugar en el que creen que debía permanecer, y Tornadijo usó esta conspiración como argumento para la novela 'Dalí corpore bis sepulto', en la que narra lo que habría sucedido si aquel proyecto hubiera llegado a su fin.

El periodista no quiere facilitar nombres, puesto que algunas de aquellas personas aún están vivas, pero sí ha relatado los objetivos de aquella misión: en primer lugar, conseguir el testamento en el que había manifestado por escrito el deseo de descansar junto a Gala, que varias personas afirmaron haber leído, según indica el periodista.

También, "forzar" al alcalde para que se retractara de sus palabras, según las que afirmó que el propio Dalí le había comunicado su voluntad de permanecer en el museo, y por último, y lo más arriesgado, sacar el cuerpo del féretro del Teatro-Museo Dalí, algo que nunca llegó a ocurrir.