LA NUEVA PELÍCULA DEL REALIZADOR DE 'A TRAVÉS DEL CARMEL'

Regreso al Born de 1714

El director Claudio Zulian viaja a la Barcelona del siglo XVIII en 'Born', retrato íntimo y fiel de una sociedad cambiante Vicky Luengo, Marc Rodríguez y Josep Julien protagonizan el filme

Mirada al pasado 8 Marc Martínez, Vicky Luengo, Josep Julien y Claudio Zulian, la semana pasada en Barcelona.

Mirada al pasado 8 Marc Martínez, Vicky Luengo, Josep Julien y Claudio Zulian, la semana pasada en Barcelona.

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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«Si hay algo que los europeos deberían llevar tatuado es que la guerra es un error». Lo afirma contundente el director italiano Claudio Zulian, que tras el premiado documental A través del Carmel, ha bajado a Ciutat Vella y retrocedido 300 años para asomarse al Bornet (el Born actual) de 1714. Con la guerra de sucesión como telón de fondo, ha pintado en El Born un retrato íntimo de personajes reales a partir del libro La ciutat del Born, del historiador Albert Garcia Espuche (que ha colaborado en el guion). Vicky Luengo, Marc Martínez y Josep Julien protagonizan una ficción pausada y fragmentada que sigue, en los días previos a la guerra, la cotidianidad y los vaivenes del calderero Bonaventura Alberni, su hermana Mariana y el rico comerciante Vicenç Duran.

La entronización del poderoso don dinero, los desahucios y la liberación de la mujer salpican una narración que conecta con el presente. Zulian lo vio claro: «El mundo en crisis de hoy tuvo sus inicios en el siglo XVIII». De ahí que el título (born significa nacer en inglés), además de referirse al barrio barcelonés, simbolice «el nacimiento de una sociedad que empezaba a parecerse a la nuestra. Ahora que se habla tanto de Catalunya es bueno recordar de dónde venimos», sostiene el cineasta y videoartista, afincado en Barcelona.

Detalle y fidelidad

El proyecto surgió, cuenta el cineasta, del «flechazo» por la obra de Espuche. «Describe con enorme detallismo la vida, la ciudad y el interior de las casas». Una minuciosidad que él ha trasladado con fidelidad y detenimiento. Con la cámara cercana, reposada y poética rescatando el pasado. «No es una película de acción, pero nuestras vidas están llenas de momentos como esos. Es una historia intimista, cotidiana, de sentimientos y miradas», aclara Zulian, que rodó las imágenes en Barcelona y sus alrededores.

Martínez revive a un calderero que funde los reales en el juego y el alcohol. Una víctima del sistema, lo defiende el actor. «Bonaventura es un tipo cojonudo pero desgraciado. Vive unos tiempos que no ayudan a la estabilidad, como estos». Para superarlos, el personaje de Luengo dispara sus armas de mujer. «Mariana es una viuda en busca de la libertad que descubre su poder como mujer», revela.

A Julien le tocó meterse en la adinerada peluca de Vicenç Duran, «paradigma de la burguesía catalana, de una clase social que hace fortuna y toma el ascensor social». «En el siglo XVIII las cosas dejan de medirse en relación a Dios y el Rey para pasar a medirse por el dinero», enfatiza. «Empiezan los problemas alrededor de esa cosa asquerosa», apostilla Martínez.