Registran unos 300 vestigios arqueológicos en Parque Nacional de Aigüestortes

EFE

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Un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha documentado y mapeado 344 vestigios arqueológicos en el Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici (Lleida), ubicados mayoritariamente a más de 2.200 metros de altitud y que revelan presencia humana desde hace más de 10.000 años. Según un comunicado conjunto de la UAB y de la Generalitat, los datos son fruto de un programa de investigación de arqueología de montaña encargado por la dirección del parque y realizado a lo largo de 10 años (2004-2014). El estudio, publicado en Quaternary International, ha incorporado la prospección sistemática de la superficie de la zona, que ha revelado un territorio "fuertemente humanizado" desde hace unos 10.700 años, cosa que era "difícil de imaginar" años atrás, se asegura en el texto. "Este fenómeno reafirma la vinculación de la ocupación humana del territorio con las prácticas ganaderas y abre la incógnita respecto al grado de responsabilidad humana sobre los paisajes de prados actuales por encima de los 2.200 metros", explica en el texto Ermengol Gassiot, coordinador el proyecto. Para detectar los restos, se ha rastreado la superficie del parque dividiéndola en transectos y, complementariamente, se han utilizado sistemas de detección remota (LIDAR), mapas ortofotográficos y la fotografía aérea. Los datos obtenidos se han proyectado en un Sistema de Información Geográfica del patrimonio arqueológico del parque nacional, que facilita su gestión y análisis, lo que ha permitido tener una perspectiva "más general" de la dimensión de las prácticas sociales en la zona. Los resultados también permiten avanzar patrones de ocupación a lo largo del tiempo, y proponen una nueva definición, interpretación y documentación de los vestigios identificados (arquitectónicos, abrigos, túmulos y objetos como cuchillos de sílex o recipientes cerámicos). Un total de 221 de los vestigios son restos arquitectónicos al aire libre, como muros o posibles estructuras de viviendas, y también podrían haber restos de monumentos funerarios, mientras que los hallazgos se han encontrado en los circos glaciales y en los valles del parque. Otro elemento que ha sorprendido a los arqueólogos es que 69 de los yacimientos están ubicados en zonas de tartera, un tipo de terreno "poco amable" para el asentamiento humano y que ahora se presenta también como un espacio de "interés arqueológico". Asimismo, el estudio destaca una "elevada" presencia de yacimientos de finales del Neolítico (3.400-2.300 a. C.) mientras que en los 2.000 años posteriores (Edad de Bronce y de Hierro) se constata una reducción "importante" de los restos humanos. Estos datos contradicen los registros paleoambientales de la misma época, cosa que hace pensar a los investigadores que, aunque no se produjo un abandono del territorio, sí que habría habido un cambio de los patrones de asentamiento entre los dos períodos. La investigación continúa ahora para ampliar el número y extensión de las excavaciones y acabar de rastrear las zonas pendientes, lo que hace prever a los investigadores que la cifra de vestigios registrados hasta ahora aumentará. El estudio de prospección de superficie se ha ampliado al Pirineo aragonés y es "muy probable" que también abarque el de Andorra, mientras que estos vestigios convierten esta zona de montaña en una de las que tiene más intensidad de registros documentales en Europa.