entrevista

Refused: «El problema son los políticos, no los vecinos»

La banda hardcore sueca actúa el lunes en el Apolo

Los miembros de Refused, con el vocalista Dennis Lyxzén, a la derecha.

Los miembros de Refused, con el vocalista Dennis Lyxzén, a la derecha.

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Hace 17 años, esta banda hardcore de Umeå (Suecia) sentó cátedra con un disco ecléctico e izquierdista, The shape of punk to come, cuya influencia creció con el tiempo. Su continuación tardó un poco en llegar: Freedom salió el pasado junio. Dennis Lyxzén (vocalista) explica este nuevo asalto antes de un esperado directo en Apolo (lunes, a las 21.00 horas).

-Este álbum no estaba en su lista de «cosas por hacer». 

-(Risas). No, no estaba en mi lista y en la de nadie del grupo. Cuando nos reunimos en el 2012 [tras separarse en 1998], no fue para grabar. Pero por insistencia de David [Sandström; batería] y Kris [Steen; guitarra] probamos a componer, grabar… Y fue haciendo la maqueta del tema Elektra cuando supimos que esto iba a funcionar.

-Pero tengo entendido que no estaban contentos con ese tema. ¿No se lo pasaron a Shellback [afamado productor pop] para ver si podía mejorarlo?

-No fue del todo así. La versión original molaba. Pero David se la pasó a Shellback para tener una opinión externa, y él nos devolvió otra versión que nos voló la cabeza. Acabamos grabando esta versión con él.

-¿Cómo se han tomado los fans que graben con este productor tan mainstream? ¿Ha habido quejas?

-La gente siempre se quejará de algo. En realidad, resulta imposible saber qué temas produce él. Son los que más suenan a los Refused de vieja escuela.

-Por ejemplo, Servants of death no es suya, a pesar del empuje pop y el sonido electrónico.

-¡Es toda de Refused! A la gente le gusta quejarse por todo. Y a nosotros nos gusta provocar, por eso en la hoja de prensa recordamos que Shellback ha trabajado con Taylor Swift y con Pink.

-Cuando sacaron el anterior disco, seguro que no recibieron todo este feedback negativo.-Las redes han cambiado todo. Hay muchos tíos, porque siempre son tíos, obsesionados en hacer saber su opinión. Si hubiésemos sacado The shape of punk to come en un tiempo como este, mucha gente habría rajado de él.

-Hay grupos que no aguantan todo esto y tiran la toalla.

-Yo lo entiendo un poco. Es complicado. Yo nunca iría a Slayer y les diría que su nuevo disco me parece una basura. Aparte, el disco está bien.

-Este disco es, si cabe, aún más directo en términos políticos que el anterior. 

-Sí, quizá sobre todo a la altura de 366, un tema sobre los refugiados. Me sorprende que vendamos la idea de Europa como el paraíso mientras países como Grecia y España se descomponen. Quiero hacer ver cuáles son los males del capitalismo, también del nacionalismo.

-¿Qué opina usted del nacionalismo catalán?

-No lo conozco tanto como para opinar. Sé que mucha gente lo quiere, imagino que tendrán razones, pero debería estudiar el tema antes de pronunciarme seriamente. Sea como sea, en mi mundo, cuantas menos fronteras existan mejor. Es extraño querer poner fronteras. Todos compartimos el mundo. El problema son los políticos, no los vecinos.

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