Éxito de una banda legendaria

Red Hot Chili Peppers vuelve a Barcelona con las pilas bien cargadas

La formación ofrece un gran concierto después de un parón de cinco años

La euforia del público durante el concierto.

La euforia del público durante el concierto. / FERRAN SENDRA

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Red Hot Chili Peppers ha sido capaz de hacer llegar su descarga de energía hasta el último rincón del Palau Sant Jordi en el concierto que ha ofrecido en Barcelona este jueves y que ha sido el primero en España después de un parón de cinco años que ha permitido a la banda cargar pilas.

Los miembros de esta leyenda viva del rock han salido al escenario como animales salvajes recién liberados de su jaula y Chad Smith ha aporreado con fuerza la batería mientras Anthony Kiedis cantaba Monarchy of Roses, un tema del último disco, que el público ha recibido con botes de alegría. Monarchy of Roses todavía no ha tenido tiempo de convertirse en un éxito de la banda, de ahí la satisfacción con la que los espectadores han recibido la segunda canción, la popular Dani California, que los presentes ha coreado mientras les recorría la espalda el escalofrío que provoca escuchar en directo los temas que has oído mil veces en tu casa.

Unos 18.000 espectadores con alma rockera han llenado el Palau Sant Jordi y algunos se han tenido que quedar fuera porque hace días que colgaba en las taquillas el cartel de agotadas las localidades. Esta banda que revolucionó la escena del rock en los ochenta, y que muchos creyeron que no volvería a los escenarios tras la gira del 2006, han demostrado que sigue fiel al estilo que creó hace 20 años y que tantos han imitado después. La combinación de punk rock y heavy metal de los primera temas del concierto han dado paso en seguida a sonidos más cercanos al rap y al funk, tal como cabía esperar de la heterodoxa formación.

Sin camiseta

Red Hot Chili Peppers ha demostrado que saben de conciertos y han ofrecido un repertorio diferente al de los últimos conciertos de la gira, en el que han incluido temas como Tell my babyOtherside y Look Around. El bajista Michael Flea Balzary se ha quitado la camiseta en el primer tema fiel a su costumbre de lucir tatuajes, mientras que el vocalista ha tardado un poco más pero también ha acabado descamisado y dando saltos como en sus mejores épocas. El nuevo guitarrista, Josh Klinghoffer, ha demostrado ser un digno sustituto de Frusciante y ha agitado febrilmente su flequillo mientras rasgaba la guitarra con ganas.

El momento culminante del concierto ha llegado con Higher Ground y Californication, dos himnos de una generación, que ya se está quedando calva pero mantiene el espíritu joven. Como joven es el alma de los veteranos líderes de la banda, Anthony Kiedis y el bajista Flea, que siguen arrastrándose por el suelo en los momentos de éxtasis musical y supurando testosterona por los cuatro costados. Dos animales musicales, auténticos supervivientes en todos los sentidos, ya que la heroína hizo estragos en el grupo en los ochenta.

Adrenalina

Ha sido una descarga de adrenalina final, que ha hecho enloquecer al público, especialmente a los que aguantaban empujones en la zona más cercana al escenario. En muestra de agradecimiento, la banda ha ofrecido un poco más de caña con Around The WorlMeet Me At The Corner y Give it away en los bises. El público de Madrid podrá apreciar el próximo sábado la buena forma de esta leyenda del rock en el segundo y último concierto en España de la maratoniana gira de presentación del disco I'm with you, que Red Hot inició el pasado verano y que no finalizará hasta el mes de septiembre que viene.