MANIFIESTO DE LA SOCIEDAD CIVIL

Recetas para salir a flote

Reivindicación constante 8 Manifestación de artistas contra la política cultural de la Generalitat, en la época del tripartito, en octubre del 2008.

Reivindicación constante 8 Manifestación de artistas contra la política cultural de la Generalitat, en la época del tripartito, en octubre del 2008.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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El Cercle de Cultura, entidad independiente con vocación de fomentar el diálogo y el debate, hizo público ayer un manifiesto a favor de la «excepción cultural» y contra los recortes «lineales». Más allá de reivindicar un trato diferencial, el documento aboga por cambios profundos en el marco jurídico y económico para impulsar el sector. Se da la circunstancia de que Ferran Mascarrell,consellerde Cultura, y Fèlix Riera, director general del Institut Català de les Indústries Culturals (ICIC), son socios del Cercle.

FRENO A LOS RECORTES «Es una reducción sobre la reducción»

El presupuesto de Cultura de Catalunya es muy bajo. Está un poco por encima del 1% del presupuesto del Gobierno de la Generalitat, muy lejos de los estándares europeos, recordó el presidente del Cercle, Pere Vicens. Por ello, el manifiesto señala que «lo que hoy está en juego es la supervivencia de unas condiciones mínimas de viabilidad y competencia del sector». «Cualquier reducción presupuestaria en cultura se realiza en un sector mayoritariamente deficitario. En Catalunya una reducción del presupuesto de Cultura es indiscutiblemente una reducción sobre la reducción». El documento reclama, por tanto, la excepción cultural. Es decir, que la cultura sea considerada área de atención especial, al igual que la sanidad y la educación. De no ser así, «se continuaría discriminando a la cultura», destacó el vicepresidente Xavier Bru de Sala.

NUEVO MARCO LEGAL «Dar respuestas a los creadores de hoy»

El segundo punto del manifiesto aboga por establecer un nuevo marco jurídico y económico que facilite la germinación de nuevos proyectos. «La cultura podría gestionarse con mayor eficiencia, evitando gastos innecesarios», razonó Xavier Marcé, vocal de la entidad y exdirector del ICIC. «Una política cultural con parámetros decimonómicos no puede dar respuesta a los retos del siglo XXI», añadió Marcé. «Lo que hay que hacer es cambiar las estructuras y diseñar instrumentos que ayuden tanto a desarrollar el talento como a darlo a conocer».

MEJOR GESTIÓN «Potenciar sinergias entre departamentos»

Una eficaz gestión de los recursos pasa por enfocar la cultura desde una visión más global y transversal que implique a otros departamentos como los de Ensenyament y Economia. El documento del Cercle reclama «aumentar la coordinación mutua y la estimulación de sinergias en ámbitos competenciales fronterizos». El economista Ezequiel Baró destacó, en la presentación, que la cultura ocupará en el futuro un lugar central en la sociedad. «Tendemos a mirar el rol de la economía en la cultura pero debemos empezar a cambiar y analizar el papel de la cultura en la economía». En las sociedades desarrolladas la economía va cada vez más unida a creatividad y cultura. De ahí la necesidad de «crear y potenciar sinergias», insistió.  

SOSTENIBILIDAD «Bases estables» más allá del ciclo político

En el último punto, el manifiesto señala medidas inspiradas en las recomendaciones de la Unión Europea que deberían marcar el rumbo, independientemente del color político del gobierno. Propone mejorar el acceso de los creadores a la financiación, sin esperar a cambiar la ley de mecenazgo (mediante una ley catalana). E incide en la necesidad de un instrumento propio para garantizar el retorno a Catalunya de los derechos de autor y el fomento de mecanismos fiscales para inversiones en investigación.

EL LASTRE Faltan «indicadores de actividad»

El Cercle denuncia la falta de indicadores objetivos que permitan valorar la cantidad y calidad de servicios que ha de prestar la Administración. La falta de «indicadores de actividad» lastran al sector y es uno de los temas en los que es necesario incidir para poder diseñar políticas a largo plazo. «El conocimiento sobre la cultura es muy deficitario. Tenemos pocos datos y algunos de los existentes no se procesan y por tanto no se ponen sobre la mesa», criticó Bru de Sala. «Más que un recorte lineal hay que gestionar los recursos más eficazmente evitando gastos innecesarios».