ESTRENO EN EL TEATRE GOYA

Un musical sin trampas ni pretensiones

Los cuatro intérpretes, con una gran Mercè Martínez al frente, impulsan la comedia romántica y urbana de '73 raons per deixar-te'

JOSÉ CARLOS SORRIBES

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Se acerca la Navidad y, ya se sabe, es tiempo de musicales, género intergeneracional por excelencia. Al lado del gran formato ('Mamma Mia!') cohabitan otros más modestos, como '73 raons per deixar-te'. Se ha instalado en el Goya bajo la dirección de Elisenda Roca, que ya se movió por carriles similares en 'T’estimo, ets perfecte, ja et canviaré'.

No parece que vaya a tener tantos aplausos como aquella propuesta, pero sí los merece por varios motivos. En primer lugar, es un montaje de creación nada pretencioso, casi de mínimos: cuatro intérpretes y dos músicos (piano y violín) para una historia de amor y desamor de dos parejas, una joven y una veterana. Viene a ser como esas previsibles comedias románticas, que Hollywood ha producido hasta aburrir, que ofrecen las televisiones los domingos por la tarde.

Más camisetas que David Fernández

En su cuenta de resultados también están los cuatro intérpretes. Mercè Martínez es un animal escénico que borda su rol de pija que lee poco o nada, apenas el 'Sport', que vive pendiente de las rebajas y de veranear en un apartamento en Cambrils. Canta, actúa y provoca la sonrisa. A su lado, Marc Pujol aguanta el tipo, que no es poco, como el joven indignado y aspirante a actor, a quien conoce el día del 15-M. Flechazo algo inverosímil pero que funciona. Pujol luce, por cierto, más camisetas reivindicativas que el 'cupaire' David Fernández.

Abel Folk es el padre de ella y vuelve al musical después de 'Guys and dolls' (1998). Sale adelante con su experiencia y da la impresión de disfruta a tope el 'revival'. Mone Teruel, una referencia del musical catalán, le echa una mano siempre como la madre del joven. Son protagonistas en la segunda parte de un dramático giro argumental, algo lacrimógeno.

Guillem Clua pone en sus manos un libreto muy urbano que tiene la virtud de ser barcelonés por los cuatro costados, sin chirriar en ningún momento, y con el excelente número de la L-3 del metro. No faltan guiños al mundillo teatral, incluidos apuntes picantes para 'Mar i cel'. Lo que sí le falta a '73 raons per deixar-te' es un recorte en su primera parte, mayor brío en la música y en la dirección, y una escenografía más luminosa y menos previsible. Y le sobra un injustificado entreacto.