ENTREVISTA CON EL actor

Quim Gutiérrez: "Falta riesgo en el cine español"

Quim Gutiérrez «Falta riesgo en  el cine español»_MEDIA_1

Quim Gutiérrez «Falta riesgo en el cine español»_MEDIA_1

OLGA PEREDA
MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Criado en las series de TV-3 desde que tenía 12 años, Quim Gutiérrez (Barcelona, 1981) es un indispensable del cine español desde AzulOscuroCasiNegro (2006). Ahora, da el salto a la industria francesa con Los ojos amarillos de los cocodrilos, estrenada ayer, y donde, flanqueado por Emmanuelle Béart y Julie Depardieu, da vida a un hombre objeto.

-Qué dominio del francés.

-El marido de mi tía es francés, he ido allí y lo he chapurreado un poco por si surgía la oportunidad de trabajar. También me puse un profesor. Y tengo la suerte de tener buen oído. Y mucha jeta.

-¿Y el inglés?

-Mejor que el francés.

-Tres bodas de más, Los últimos días, ¿Quién mató a Bambi?, La gran familia española... Ha sido un indispensable del cine español del 2013. ¿Se le ha quedado pequeño?

-Desde fuera parece que uno tiene algún tipo de capacidad en todo esto. Y no. Lo que haces es coger lo que se ofrece. Ahora, en España, lo que llega es, básicamente, comedia o género. Trabajar fuera es algo que tenía en mente. Para eso es fundamental los idiomas, algo que tengo cubierto. Y luego que haya ofertas, claro. Y no hay tantas. Pero en cuanto las hay, las aprovecho.

-Su papel en Los ojos amarillos de los cocodrilos es el de un hombre objeto, algo que normalmente se adjudica a las mujeres. ¿Reivindicación feminista?

-La película está dirigida a un público femenino. Las protagonistas son mujeres y la directora es una mujer, Cécile Telerman. Pero creo que no pretende lecturas reivindicativas.

-¿No convenció a la directora para alargar un poco más su papel?

-No, no… La adaptación es fiel al libro. El guion es el que era. No hay nada que decir.

-La película, entre otras cosas, habla de la importancia del físico, algo de lo que usted sabe bastante. De hecho, su Goya está en una estantería entre cereales y la soja.

-Hala, eso es del 2007.

-¿Ya no está ahí?

-No.

-¿Tampoco los cereales ni la soja?

-La soja no. Ahora soy de yogures bio. A ver, yo presto atención a la alimentación. En mi casa siempre se ha comido bien y muy equilibrado y no me resulta ningún esfuerzo ser cuidadoso a la hora de alimentarme bien y hacer deporte.

-Si le enseño una foto de su etapa televisiva del 2001. ¿Qué piensa?

-Que estaba muy feo.

-Usted nació profesionalmente en TV-3.

-Sí, me dio la posibilidad de probar y formarme. Empecé con 12 años y era como un juego. Luego, en la siguiente etapa, ya me lo tomé más en serio.

-¿Qué le debe a AzulOscuroCasiNegro?

-Conocer a una persona clave en mi vida personal y profesional: Daniel Sánchez Arévalo. Es mi amigo íntimo y el cineasta que más retos me ofrece. En el cine español echo en falta riesgo. Y echo en falta dirección de actores, que no la hay. Echo en falta que me hagan trabajar. No entiendo esta profesión como un funcionariado. Echo en falta las ganas de trabajar personajes. Me da igual que una película sea maravillosa estéticamente. Yo trabajo para pasármelo bien, no para que me lluevan premios.

 

-Ahora empezará a rodar Anacleto, a las órdenes otra vez de Javier Ruiz Caldera.

-Soy el hijo de Anacleto. Es una película basada en la actualidad. Algo así como Jason Bourne encontrándose con Superagente 86. Acción, pero patosa.

-Con la crisis económica que afecta al cine, ¿ha tenido que rebajar su caché en alguna ocasión?

-Ahí estamos. Esto es una rebaja desde que empezó. Es complicado hablar de esto. Si fuera presidente del Gobierno y me preguntaran cuánto cuesta un café, cuánto gano… es muy complicado. En este país entendemos mal esto. Hay una incomprensión absoluta. ¿Por qué un futbolista cuesta 90 millones de euros? Pues, oiga, porque lo que genera en derechos de televisión y camisetas es eso. ¿Es injusto? Injustísimo. Pero es este mundo. Es como el cine. Puedes ser el tío más trabajador y preparado, que si no te funciona, no te funciona y es mejor que te dediques a otra cosa. Es una industria injusta. Y tienes que decidir hasta cuándo te dura el sueño. Si el sueño no te dura, sé feliz en otra cosa, lo que sea.