TOKYO SEX DESTRUCTION. Grupo de rock

«Si lo que quieres es vivir de la música, no te puedes quedar aquí»

El grupo de Vilanova i La Geltrú Tokyo Sex Destruction, con R. J. Sinclair (centro) y J. M. Sinclair (derecha).

El grupo de Vilanova i La Geltrú Tokyo Sex Destruction, con R. J. Sinclair (centro) y J. M. Sinclair (derecha).

J. B.
BARCELONA

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Tokyo Sex Destruction deja atrás dos años de cambios y dudas con Saggitarius, donde rearma su rock garajero con poso negro, y que presenta este jueves en Apolo (21.20 horas, compartiendo cartel con Los Tiki Phantoms). El grupo de Vilanova i La Geltrú, de expresión inglesa, como los seudónimos de sus miembros, enfoca su carrera desde hace una década hacia el circuito internacional.

-¿Cómo comenzaron a abrirse paso en Europa?

-(J. M. Sinclair) Al estar en BCore pudimos aprovechar el camino abierto por Aina y Standstill, grupos que salían mucho.

-(R. J. Sinclair) El circuito del hardcore y el punk. Comenzamos a tocar antes en el sur de Francia que por España. Teníamos ambición y creíamos en lo que hacíamos.

-¿Hay una base natural de público más sólida en otros países?

-(J. M. S.) Sí, aquí no puedes plantearte tocar un lunes, te piden que sea fin de semana porque si no, no vendrá gente. En otros países hay hábito de ver grupos cada día.

-(R. J. S.) Y la gente puede hacer una hora de carretera para ir a un concierto. Aquí esto es impensable; se identifica el concierto con la fiesta.

-¿Cuáles son sus plazas fuertes?

-(J. M. S.) Francia, Alemania... Hemos tocado diez veces en Berlín, ¡y solo dos en Tarragona!

-(R. J. S.) ¡Yo diría que hemos tocado más en Serbia que en Tarragona!

-Salir de gira por Europa, ¿significa régimen de carretera y manta?

-(J. M. S.) Sí, viajar en furgoneta con el menor número posible de días libres, porque es un gasto. Cuando tocas por Europa te incluyen un apartamento para dormir, cena...

-(R. J. S.) Una vez estuvimos seis semanas tocando todas las noches.

-Muchos grupos no están dispuestos a ciertos sacrificios.

-(J. M. S.) Aquí a la mínima te conviertes en señorito, pero tocando por Estados Unidos te quitas los complejos. A veces tocas con el monitor roto, o te ves durmiendo en el suelo. Pero si lo que quieres es vivir de la música, no te puedes quedar aquí.

-(R. J. S.) Queremos estabilizar la distribución internacional y, si podemos, huir de España. ¿Vivir fuera? Por qué no; yo, si pudiera, lo haría.

-Hay grupos que han hecho salidas esencialmente promocionales: poder decir «hemos tocado en Londres». Pero ustedes van a trabajar.

-(R. J. S.) Sí, cuanto más toques fuera, más dinero ganas. Para nosotros, girar fuera de España es beneficioso: sabes cuáles son los gastos y cuánto tiempo necesitas para cubrirlos.

-Hoy presentan en Apolo Sagittarius, un disco con aura siniestra.

-(R. J. S.) Está influido por mis lecturas sobre Charles Manson, el predicador Jim Jones, la Iglesia del Juicio Final... Es que los dos últimos años han sido difíciles para mí: depresiones, salud, accidentes de tráfico...

-(J. M. S.) Dudamos de si valía la pena seguir. Teníamos más repercusión en Francia que aquí, donde nos sentíamos como un grupo extranjero. Pero suerte que hemos podido ir a tocar fuera. Si no, seríamos un grupo de fin de semana.