Que le den al menos una muerte digna

Muerte súbita. ¡Ah! El propio Juan Echanove lo ha comunicado, muy dolido: <b>«No me voy por decisión propia (..) No me han dicho ni gracias, ni adiós»</b>. O sea, que la productora de 'Cuéntame cómo pasó' (TVE-1), la empresa Ganga, propiedad patrimonial de <b>Ana Duato</b> y Ángel Bernadeau, liquidan a Miguel Alcántara, el personaje que con tanto acierto, gracia y sabiduría escénica ha interpretado Echanove durante más de 12 años seguidos. No es la primera vez que en esta productora accionan una guillotina. En el 2015, el caso <b>Pilar Punzano</b> fue también muy estrepitoso. Esta actriz, despedida de golpe (interpretaba el papel de Inés Alcántara) respondió escribiendo una carta pública en la que acusaba a Cuéntame... de ser «Cuatro o cinco que se reparten todos los años entre 15 y 20 millones de euros, mientras los trabajadores se las ven y se las desean para cobrar las pagas extras». Aquello fue un tsunami que levantó mucha polvareda. Ahora, con la defenestración de Echanove, el terremoto vuelve. Es curioso, en el capítulo del pasado jueves, un gran seismo sacude el barrio de San Genaro. La casa de los Alcántara queda agrietada, el videoclub de enfrente se desploma, y todos acaban pasando el fin de año (1985) recogidos en la iglesia. No nos explican a qué viene aquella tragedia sísmica. Quizá era consecuencia de lo que en la serie llamaron «La crisis del Gobierno de Felipe González», añadiendo fotos de relevantes políticos (Boyer, Solchaga, Sotillos, Solana), en plan pinceladas del desastre socialista. ¡Ah! En este 'Cuéntame...' no dan puntada sin hilo. Y en medio de la hecatombe, Miguel Alcántara (Echanove) desaparece. No está entre los escombros, ni en la iglesia, ni en ningún sitio. Hombre, no creo, francamente, que lo liquiden así. De hecho ya ha trascendido que le van a eliminar en un próximo capítulo. Aquí lo inquietante es saber qué muerte le preparan. Qué defunción le van a dar los guionistas.

En un delicioso opúsculo titulado 'La muerte de los héroes' (Ediciones Turner), Carlos García Gual, catedrático de Filologia griega, nos advierte de lo enfadado que quedó Aquiles por la muerte que le deparó el destino. Estamos de acuerdo: es muy injusto que un glorioso guerrero como él acabase muriendo por culpa de una flechita incrustada en su talón. ¡Ahh! Aplíquense el cuento los verdugos de Cuéntame... Dénle a Alcántara-Echanove, al menos, lo que se merece: una muerte emotiva y digna.