Muere Elías Querejeta, productor fundamental del cine español

Impulsó a cineastas como Carlos Saura, Víctor Erice y Fernando León, entre otros

Elías Querejeta recoge, en febrero del 2003, el Goya a la mejor película por 'Los lunes al sol'

Elías Querejeta recoge, en febrero del 2003, el Goya a la mejor película por 'Los lunes al sol' / jma

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El productor Elías Querejeta, sin el cual no podría entenderse el cine español del último medio siglo, ha fallecido el domingo a los 78 años. Elías Querejeta entró en el cine desde su primera y gran pasión, el fútbol, y después transformó a fondo la cinematografía española esquivando las imposiciones de la censura, para abordar, preferentemente desde el realismo, los temas que más le preocupaban, desde los derechos humanos hasta el terrorismo.

Suele hablarse de cine de autor, pero en su caso cuadra a la perfección, producción de autor ¿no hay que olvidar que también participó como guionista en buen número de ellas- sin que por ello dejara de respetar el estilo y la manera de hacer de los directores que trabajaron a sus órdenes. A veces, esas imposiciones fueron muy criticadas, tal fue el caso de la película 'El sur', la obra maestra de Víctor Erice, en la que el productor decidió prescindir por problemas de presupuesto de la segunda parte. Hay voces discordantes respecto a los resultados. Unos dicen que ese final abierto enriquece la película ¿fue el parecer de Querejeta- mientras que otros, director incluido, lamentan que sea un filme inacabado.

Entre sus títulos más relevantes se encuentran joyas como 'El espíritu de la colmena', de Erice ¿que ganó la Concha de oro en el Festival de San Sebastián-, 'La prima Angélica', 'Cría cuervos', 'Mamá cumple 100 años' de Carlos Saura, además de 'Pascual Duarte' de Ricardo Franco -película con la que José Luis Gómez obtuvo en Cannes elpremio al mejor actor-, 'El desencanto' de Jaime Chávarri, un documento sobre los hermanos Panero imprescindible para comprender la Transición Española y 'Feroz' de Manuel Gutiérrez Aragón. También impulsó las carreras de su hija, la realizadora Gracia Querejeta  -'El último viaje de Robert Rylands', -libremente inspirada en 'Todas las almas' de Javier Marías- y de Francisco León de Aranoa -'Familia', 'Los lunes al sol'- con cuya concepción crítica y social ha estado siempre en sintonía.

Querejeta burló junto a Saura la censura franquista con cintas que diseccionaron la sociedad de la dictadura a través de metáforas como la de `La caza' (1965), donde tres hombres que combatieron en el bando nacional durante la guerra civil se reúnen en una cacería de conejos y acaban disparándose entre ellos en una explosión final de violencia. Al respecto recordaba cómo un subsecretario de Cultura que facilitó la proyección de `La prima Angélica', de Saura, le reprochaba: "Desde luego, los rojos no agradecéis nada".

En los últimos tiempos, la labor de Querejeta en su búsqueda de reflexión de la realidad, parecía preferir el documental. Con `Asesinato en febrero', trasladó al celuloide su propia impotencia ante la noticia del asesinato, a manos de ETA, del político Fernando Buesa y su escolta, en febrero de 2000. "Quisé dar noticia de la intolerancia", dijo entonces. Y lo hizo con un guión dirigido por Eterio Ortega, con quien completaría en 2011 la trilogía dedicada al País Vasco en "Al final del túnel. Bakerantza" y "Perseguidos" (2004).

Un enamorado de los documentales

Uno de sus últimos trabajos y su estreno como director fue el documental `Cerca de tus ojos' (2009), en el que se valió de una visión periodística para denunciar "los incumplimientos reiterados de los derechos humanos". "Si escuchara las voces que dicen que asumo demasiados riesgos no haría nada de lo que hago", decía en 2000, en la presentación de la cinta documental `La espalda del mundo¿, de Javier Corcuera, que narra la vida de un niño trabajador en Perú, un kurdo exiliado en Suecia y un condenado a muerte en Estados Unidos.

Querejeta quiso "contemplar los hechos que ocurrieron por sí mismos y no desde una ideología", para mostrar al espectador "hasta qué punto el hombre es capaz de producir horror en su intento de defender la verdad absoluta". "Por supuesto yo me siento republicano, pero creo que eso no me debe conducir a la muerte del otro o a una imposición que sería intolerable", aseguró en aquélla ocasión.

En 2008, cuando recibió la espiga de Honor del Festival de Valladolid, decía confiar, pese a la sempiterna crisis de la cinematografía española, en la fuerza del cine para "poner los problemas delante de los ojos". "El cine es algo que se está viendo más que nunca, la forma de contar las cosas se está modificando por las novedades tecnológicas, pero la imprenta también modificó lo suyo en su momento", advertía entonces. La necesidad de contar la realidad fue siempre uno de sus lemas, que ahora serviría de epitafio: "Es necesario hacer determinadas cosas y espero que haya miles y miles y miles de personas que sientan una necesidad semejante a la mía".