EL TRASVASE DE UN CREADOR

Insólito León de Aranoa

El director salta a la literatura con 'Aquí yacen dragones'

Fernando León de Aranoa, en Barcelona.

Fernando León de Aranoa, en Barcelona.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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Es sabido que en estos tiempos de dificultades económicas muchos realizadores de cine han trasladado sus bártulos a la literatura. La lista de reconversiones no es corta: Gutiérrez Aragón, Julio Medem, Agustín Díaz Yanes o Santi Lorenzo, a los que se une ahora Fernando León de Aranoa, que acaba de publicar la colección de relatos Aquí yacen dragones (Seix Barral). Sin embargo, el director y guionista de Familia o Los lunes al sol, metido en la preproducción de una película sobre cooperantes que rodará en breve, se resiste a pensar que la literatura sea un refugio en tiempos difíciles: «Hace como 10 años que vengo recogiendo estos relatos y han sido para mí una forma de liberarme de trabajar intensamente en una única historia».

Aquí yacen dragones son 114 microrrelatos unidos por corrientes secretas e ingeniosamente juguetones a la manera de Cortázar o Queneau. El libro explora el terreno de la fantasía -esa zona oscura donde en la edad media situaban a los dragones en los mapas- que suele brillar por ausencia en su muy realista y comprometido cine. «Lo que hago es utilizar la imaginación para desatornillar la realidad mas prosaica y cotidiana».

CEREMONIA DE LOS GOYA / Y pese a ser fantásticos, los cuentos del director -a la manera de su poeta favorito, el salvadoreño Roque Dalton- se valen del humor y una vena sentimental para hablar del presente. De ahí que el relato El Presidente, por ejemplo, en el que el personaje del título encierra en su palacio a una serie de artistas rebeldes, se diría escrito expresamente para la pasada ceremonia de los Goya, aunque no sea así, claro está. «He vivido esta gala con el mismo asombro con el que viví hace 10 años la del No a la guerra. Creo que la clase política debería empezar a saber encajar las críticas. Nosotros estamos acostumbrados a leer cualquier cosa sobre nuestro trabajo».

No le parece bien al director que el Gobierno utilice su cargo público para sembrar dudas sobre todo un gremio. «Somos el único colectivo que no puede dar su opinión sin que al día siguiente se aireen los trapos sucios del pasado. El Gobierno ha demostrado que no tiene capacidad para la autocrítica. En Estados Unidos, los políticos se llaman sirvientes públicos, pero creo que aquí no se han enterado».