ESTRENO DE UN MONTAJE de andrew lippa SOBRE lOS EXCESOS DEL AMOR Y LAS DROGAS

Orgía musical en el Gaudí

'The wild party' reúne a 21 artistas en una historia tórrida y violenta

Una imagen de 'The wild party', desmelene de pasiones y sexo que transcurre durante la fiesta salvaje del título.

Una imagen de 'The wild party', desmelene de pasiones y sexo que transcurre durante la fiesta salvaje del título.

IMMA FERNÁNDEZ
BARCELONA

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En tiempos de penurias y mareas; de elencos de bolsillo para combatir la subida del IVA y los recortes, el Teatre Gaudí de Ever Blanchet sorprende con el estreno hoy de un musical a lo grande: The wild party (La festa salvatge). Son 21 artistas en escena, entre ellos nombres de peso en el género como Roger Berruezo (Cop de rock), Xavi Duch (Los miserables), Xènia García y Maria Santallusia, los cuatro protagonistas. «Estamos ante un milagro. Va a ser un evento memorable», vaticinó un Blanchet esquivo al pesimismo.

Lejos de los festivos y luminosos musicales al uso, esta creación del prestigioso Andrew Lippa (autor de la música y canciones de La familia Addams), estrenada en el Off-Broadway en el 2000, nos traslada al Manhattan tórrido, decadente y violento de los años 20. Doble reto para una propuesta concebida en un taller del estudio Vocal Factory BCN que dirige Anna Valldeneu. Blanchet le echó el ojo y, fascinado, le propuso dar el gran salto con una coproducción que supone el estreno de la obra en España. Roger Batalla ha firmado la adaptación al catalán; Filippo Fanò, la dirección musical y Lino di Giorgio, la coreografía. Una orgía de libidos desbocadas y excesos a ritmo de jazz, foxtrot, charlestón y rock, a cargo de un cuarteto de músicos.

PASIONES AL LÍMITE / La historia relata la turbulenta relación entre una reina del vodevil, Queenie (García), y el clown Burrs (Duch), dos adictos al desmelene sexual hasta su feliz encuentro. Años después, el peso de la rutina acaba cercenando su idilio y una noche él abusa de la joven. Ella buscará venganza organizando una fiesta para humillarlo: la fiesta salvaje del título en la que se colará un invitado sorpresa (Berruezo), un joven ajeno al desmelene de la pareja y del resto de decadentes invitados. La ebria Kate (Santallusia) será la encargada de dinamitar las pasiones y egos en juego.

«No es una dobra que rebose felicidad; al revés, es una reflexión cruda y oscura sobre los engaños, las apariencias, las mentiras, con un punto de provocación», explica Valldeneu, que se declara gran admiradora del montaje de Lippa, inspirado en un poema de Moncure March. Para Batalla, se trata de un descenso a los infiernos de la adicción, «tanto de sustancias como del amor».

«La música es fantástica pero muy compleja a nivel vocal», coincide el cuarteto protagonista, que, habituales de los escenarios masivos como el BTM, el Victòria o el Coliseum, valoran la «magia» y cercanía del Gaudí. La disposición del espacio, con el público a cuatro bandas, llevó de cabeza al coreógrafo, que no duda en calificar la pieza original como una «obra de arte». «Aquí todos se mueven: bailan, cantan y actúan», anuncia Di Giorgio, que confía en el éxito por la gran aceptación del estilo burlesque entre el público de hoy. Blanchet va más allá: «Lo veo representándose a lo grande en el Arenas. Es una maravilla».