CRÓNICA

Ana Moura, fado deslocalizado

La cantante portuguesa exhibió su heterodoxia en Apolo

Ana Moura,  en la sala Apolo.

Ana Moura, en la sala Apolo.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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Para un cantante de fados no es fácil dar el salto a otros estilos: la severidad natural de ese género y sus exigencias vocales complican su compatibilidad con otro tipo de temarios. Pero Ana Moura, una intérprete joven pero con cierta trayectoria (33 años, cinco discos de estudio más uno en directo) ha dado un solvente paso al frente con Desfado, la obra delicadamente heterodoxa que el miércoles mostró en Apolo.

Hizo bien Moura al contar, en esta comprometedora grabación, con el sabio Larry Klein, productor de numerosos discos de Joni Mitchell (y de Madeleine Peyroux, Melody Gardot, Herbie Hancock...), que ha dado a Desfado un tratamiento íntimo y refinado en el que Moura puede ser ella misma y, al mismo tiempo, expandirse hacia otros territorios con pies de plomo. En Apolo se presentó con un quinteto que integró el trío fadista esencial (guitarra, guitarra portuguesa y bajo acústico) más un teclista y un batería que acercaron una parte del repertorio hacia parámetros de canción contemporánea con sutil perfume de jazz.

ADAPTACIÓN DE JONI MITCHELL / Por supuesto, el ingrediente supremo fue ella misma, su presencia expansiva y su voz vigorosa y vagamente ahumada, que le permitió sacar partido tanto del cancionero más tradicional, cuyos pliegues conoce bien (piezas como A fadista y Caso arrumado, que cantó con el trío) como del temario afín a otras sensibilidades. Ahí estuvieron las envolventes Havemos de acordar y Thank you, y la arriesgada adaptación de A case of you, de Joni Mitchell (original del clásico álbum Blue, de 1971), con una guitarra portuguesa introduciendo coloristas filigranas. Desfado insinuó un prometedor camino por recorrer.