El reportero gráfico de los grandes años de la revista 'destino'

Eugeni Forcano, el fotógrafo de la «gente tal como es»

El Nacional de Fotografía reconoce al veterano profesional de Canet

El fotógrafo Eugeni Forcano, hace tres años, en su casa de Barcelona.

El fotógrafo Eugeni Forcano, hace tres años, en su casa de Barcelona.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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Se convirtió en fotógrafo profesional de forma tardía y azarosa: a los 34 años cuando, siendo un aficionado autodidacta que trabajaba de comercial, ganó un concurso de la revistaDestino y fue reclamado por Nèstor Luján y Josep Pla para ilustrar gran parte de las portadas del semanario, además de trabajar para la editorial Seix Barral. Eugenio Forcano (Canet, 1926) se hizo un nombre y prosperó con la fotografía de moda, mejor pagada que el fotoperiodismo. Los reconocimientos tardaron en llegar, pero l o hicieron. Ayer, el fotógrafo recibió un homenaje, el Premio Nacional de Fotografía, que solo algunos de los clásicos de su generación han llegado a obtener (Joan Colom, Ramón Masats, Francesc Català Roca, Rafael Sanz Lobato y Carlos Pérez Siquier, si se incluyen los premios de Artes Plásticas anteriores a la creación, en 1994, de este galardón específico).

El jurado destacó, con la consabida prosa de estas ocasiones, «la extraordinaria calidad de su trabajo, la perdurabilidad de sus imágenes y su larga trayectoria, destacando su capacidad de innovación y experimentación». Una definición que no incluye el punto fuerte de Forcano, la capacidad de mostrar a las personas a través de un gesto decisivo y espontáneo. «A mí me ha interesado la gente tal como es y como se expresa, no las fotos preparadas», explicaba ayer.

UN AUTODIDACTA / Así resume Forcano, de un tirón, su trayectoria: «La fotografía ha sido para mí tanto una realidad como un sueño; el reportaje me permitió acercarme a la gente sin voz, descubrirla y conocerla, la popularidad que logré en los 60 gracias aDestinohizo que me viniesen a buscar para hacer fotografía de moda, que me permitió comprar tiempo para plantearme el desafío de conseguir fotografías en color en que la luz no fuese iluminación, sino que fuese la generadora de las imágenes, como la pintura y el pincel para el pintor». Unas fotografías en color que aún tiene como un reto exponer como conjunto.

Forcano, que donó al Arxiu Fotogràfic de Barcelona 650 ampliaciones en gran formato que fueron objeto de una exposición en el 2010, y otras 140 a Canet, donde cuenta con un espacio permanente en la casa de Domènech i Muntaner, prepara también allí una exposición sobre el gran reportaje que dedicó a Josep Pla con motivo del 70º aniversario del escritor.

Pero la conocida imagen de Pla envuelto de espirales de humo la tomó en la casa del editor Josep Vergès: «Disparé y salió: se debe estar muy atento, para captar cosas inesperadas. Y sin mirar a través de los ojos. Yo llevaba la rolleyflex colgada a la altura del pecho y disparaba sin mirar, la práctica te permite hacerlo como quien cambiar de marchas».

Y para quienes les extrañe las imágenes de su abigarrada casa (ver arriba), Forcano avisa que solo es una versión suavizada de lo que era su estudio: «En casa aún se puede aguantar, el estudio era delirante, una locura, un disparate, daliniano».

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