Primavera con estabilidad

El festival consolida su formato atrayendo a 175.000 personas al recinto del Fòrum en su 15ª edición

Aspecto de uno de los escenarios del Primavera Sound.

Aspecto de uno de los escenarios del Primavera Sound. / periodico

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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El Primavera Sound ha cumplido 15 años insinuado un comportamiento más maduro que adolescente, dejando atrás los tiempos del tirón y estabilizando su crecimiento. El festival cerró esta madrugada sus puertas (a la espera de los últimos flecos, los conciertos de hoy en la Ciutadella, Apolo y Barts) con un balance similar al del año pasado, unas 175.000 personas en su recinto central, el Fòrum, a las que habrá que sumar una cifra, aún por determinar, correspondiente a la programación de 'Primavera a la ciutat', repartida en otros espacios urbanos.

Un balance satisfactorio para la organización, que sitúa el balance global, a confirmar en la jornada del domingo, en una cifra, augura, que circulará en torno a las 191.000 personas registradas el año pasado, y que se muestra desinteresada en expresar una ambición de crecimiento perpetuo. «No haremos una carrera contra nosotros mismos», subrayó, en rueda de prensa, uno de sus codirectores, Albert Guijarro.

El Primavera, que acogió la noche del sábado a figuras como The Strokes, Tori Amos e Interpol, se asienta en un techo de asistencia al que, este año, ha beneficiado la bonanza atmosférica, en contraste con uno 2014 castigado por las lluvias de la primera jornada. El sábado por la noche, el festival esperaba a 55.000 personas (5.000 más que el sábado del año pasado), mientras que el viernes acogió a 52.000; el jueves, 50.000, y el miércoles, en la apertura a medio gas, otras 20.000.

Recinto consolidado

La muestra opera actualmente con una licencia municipal que le permite congregar hasta 57.000 personas, ampliables a 65.000, si bien esta posibilidad fue ayer descartada por Guijarro. «Nos movemos en unas cifras que nos hacen sentir muy cómodos y no tenemos intención de aumentarlas. Pretendemos que haya una buena movilidad entre los escenarios», aseguró. ¿Cuál es, pues, la proyección de futuro del festival? «Hacer buenos conciertos e ir mejorando», afirmó. Para otro de los codirectores, Alfonso Lanza, la muestra ha encontrado sus medidas óptimas. «Este es el formato que veníamos buscando», señaló.

Atrás queda un 15º Primavera Sound, como siempre, muy visitado por público extranjero (el 46% del total, con predominio de británicos, franceses, italianos y alemanes) y que ha combinado el rotundo perfil rockero de varios cabezas de cartel con una letra pequeña mucho más amplia. «El conjunto de la programación va mucho más allá que los grupos rockeros de guitarras», subrayaba ayer Guijarro.

Futuro confiado

El Primavera, que recibe una ayuda anual de 150.000 euros del ICUB (Ayuntamiento), confía en que los inminentes cambios políticos en el gobierno municipal no le afecten. «Creemos que el nuevo consistorio será sensible con la cultura y que sabrá aprovechar la inercia positiva que genera el festival», declaró Guijarro, si bien admitió que una retirada de la subvención forzaría a «la reconfiguración» de algunas «actividades extra que no tienen retorno económico». No sería el caso del programa central de conciertos del Parc del Fòrum. «El recinto del festival no necesita aportaciones públicas», apuntó.

El «mayor problema» sufrido este año, subrayó el codirector del festival, fue el transporte público, particularmente insuficiente la noche del jueves, en que miles de personas se encontraron sin metro, ni taxis, y  tan solo con unas pocas líneas de autobús desbordadas. El festival ha tratado sin éxito, señaló Guijarro, que el metro amplíe sus horarios. «No lo hemos conseguido, pero seguiremos intentándolo», aseguró.

El Primavera Sound tiene ya «algunas contrataciones en marcha» para su edición del 2016. Las fechas serán ligeramente más tardías, del 1 al 4 de junio. «Esperamos tener tan buen tiempo como en esta edición, que ya tocaba», suspiró ayer Lanza.