Los Oscar viajan a Marte

JULIÁN GARCÍA / BARCELONA

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En enero del 2011, la NASA elaboró una lista de las peores, a su juicio, películas de ciencia ficción de la historia. Más que opinar sobre valores cinematográficos, la agencia espacial basaba su ránking en el ilimitado número de insensateces científicas que aparecían en películas como ‘2012’ (Roland Emmerich, 2009), incuestionable número uno, ‘El núcleo’ (Jon Amiel, 2003), ‘Armageddon’ (Michael Bay, 1998) o ‘Reacción en cadena’ (Andrew Davis, 1996). Con su curiosa lista, la NASA respondía al empeño de Hollywood de convertir los viajes al espacio exterior y los peligros del Apocalipsis en una sucesión de relatos descabellados y sin el menor rigor científico, simplemente palomiteros.

Nada hace pensar que la lista de la NASA haya tenido alguna influencia, pero Hollywood parece hoy mucho más interesado en el cine fantacientífico de raíz seria, como lo demuestra el hecho de que, de las tres últimas ediciones de los Oscar, dos de ellas han contado con películas (razonablemente) realistas ambientadas en el espacio entre las nominadas al máximo galardón: ‘Gravity’, de Alfonso Cuarón, ganadora de siete estatuillas, entre ellas la de mejor director, en el 2014 (foto de abajo); y ‘Marte (The martian)’, de Ridley Scott‘Marte (The martian)’, en este 2016.

La NASA, por supuesto, asiste encantada al repunte del género: no en vano, necesita el apoyo masivo de la opinión pública para que el Gobierno norteamericano se avenga a subvencionar su ansiado, pero muy caro, proyecto de viajar a Marte. Y, para ello, nada mejor que pirotécnicas odiseas como ‘Marte (The martian)’, inocuo pero al mismo tiempo exultante entretenimiento basado en la novela ‘El marciano’, de Andy Weir (Ediciones B) ‘El marciano’, de Andy Weir (Ediciones B) en el que Matt Damon, a modo de ingenioso náufrago , intenta sobrevivir en el planeta rojo tras haber sido dado por muerto y abandonado por la misión espacial de la que formaba parte. Más allá del favoritismo casi incuestionable de ‘El renacido’, de Alejandro González Iñárritu, y de 'Spotlight', de Tom McCarthy, algunos Oscarólogos especulaban sobre la posibilidad de que ‘Marte (The martian)’ diera la campanada en la ceremonia de los Oscar, aunque finalmente el vatinicio falló y la película de Ridley Scott se fue de vacío.

En el 2009, Duncan Jones, hijo de David BowieDuncan Jones, dirigió ‘Moon’ (foto), una pequeña joya del cine de astronautas que rendía homenaje a clásicos de los 70 y 80 como ‘Naves misteriosas’ (Douglas Trumbull, 1972), ‘Alien, el octavo pasajero’ (Ridley Scott, 1979) o ‘Atmósfera cero’ (Peter Hyams, 1981). Cine fantacientífico pero realista, protagonizado por tipos curtidos trabajando duramente en el remoto espacio exterior, en un tono casi siempre crepuscular, escasamente épico o heroico.

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En este sentido, ‘Gravity’, ‘Marte (The martian)’ o la epopéyica (e injustamente maltratada) ‘Interstellar’ (Christopher Nolan, 2015) eluden el tono afligido de piezas de cámara como ‘Moon’ para recuperar, de un modo u otro, la figura más admirable y luminosa del astronauta intrépido y explorador, capaz de conseguir con su audacia que el público recobre la vieja ilusión por los viajes al espacio. En este sentido, la audiencia ha dado su apoyo masivo a ‘Marte (The martian)’, pues ha recaudado en todo el mundo de más de 560 millones de euros desde su estreno, a finales de septiembre del 2015.

La película de Scott, ganadora del Globo de Oro en la singular categoría de comedia o musical y nominada a siete Oscar (entre ellos el de mejor película, guión adaptado y actor, para Matt Damon), ha ejercido de fabulosa plataforma publicitaria para los planes de la NASA con respecto al planeta rojo. Fíjense, si no. El pasado 25 de septiembre, la agencia norteamericana reveló que Marte poseía agua líquida en su superficie, lo cual alimentó entre la comunidad científica las conjeturas sobre la presencia de algún tipo de vida microbiana en el planeta.

Curiosamente, o no, esa misma semana se estrenaba ‘Marte (The Martian)’ en Estados Unidos. Para acabar de rematar las sospechas de un trabajo, digamos, en común, el propio Scott aseguró en una entrevista a Yahoo Movies que él sabía "desde hacía meses" que había agua en Marte: "La primera vez que hablé con la NASA les dije: 'Así que tienes ahí abajo glaciares'. Y ellos me contestaron: 'Sí, la cosa blanca que está cubierta de polvo creemos que es hielo'", explicó el director.

Muestra de la pasión recobrada por el viaje a Marte es la incesante aparición en los medios de noticias relacionadas con el planeta rojo. La última, tan fascinante que deja la película de Scott en un juego de niños: un grupo de físicos de la Universidad de California, en Santa Bárbara, investiga cómo aprovechar la propulsión fotónica para reducir el tiempo del viaje a Marte a unos pocos días. Lo parece, pero no es ciencia ficción.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Astronautas para viajar a Marte en la d\u00e9cada del\u00a02030","text":"A principios de esta d\u00e9cada, la NASA hab\u00eda quedado muy tocada con la cancelaci\u00f3n del programa de los transbordadores espaciales y los recortes econ\u00f3micos que dejaron en suspenso el ambicioso proyecto Constellation, destinado a regresar a la Luna para poner una base de operaciones permanente y explorar Marte en la primera mitad del siglo XXI. Hoy, el objetivo de viajar al planeta rojo ha recobrado toda su fuerza, como lo demuestra\u00a0el r\u00e9cord de solicitudes para unirse al equipo de astronautas de la NASA, pues entre el 14 de diciembre y el 18 de febrero, la agencia recibi\u00f3 nada menos que 18.300 peticiones para formar parte de la plantilla de valientes que afrontar\u00e1 la visita a Marte en la d\u00e9cada del 2030."}}