Vuelve el ruido blanco

'Poltergeist' reinicia una saga mítica del cine de terror con nuevo reparto y otro paisaje tecnológico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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«Ya están aquí», decía la pequeña Carol Anne (Heather O'Rourke) frente al ruido blanco de una televisión en 'Poltergeist (Fenómenos extraños)', un éxito instantáneo en 1982. El eslogan del reinicio de la saga es «Ellos saben lo que te da miedo», pero puestos a jugar con la nostalgia, podría haber sido: «Ya están aquí. Otra vez».

En realidad 'Poltergeist', versión 2015, juega a un doble juego: por un lado, provocar la curiosidad de quienes conocen la película original, y por otro, atraer a todo un nuevo público que quizá la desconozca. Para esto último, y simplemente por hacer honor a la realidad, la que antes era una sola pantalla son muchas (televisión, ahora plana, pero también tableta o 'smartphone'). Los espíritus conflictivos tienen en el 2015 muchos otros conductos para hacerse notar.

El director de este 'reboot', Gil Kenan, sabía a qué se enfrentaba rodando 'Poltergeist'. Antes decíamos curiosidad, pero un proyecto así puede provocar también la ira. «Cuando alguien se acerca a un material tan adorado, siempre existe el impulso reflejo de preocuparse», ha dicho Kenan. «Nos tomamos muy en serio esta responsabilidad». Visto el resultado, queda claro que dice la verdad y nada más que la verdad, aunque cueste creerlo.

Poltergeist sigue el patrón marcado por la película de 1982 (e incluye guiños a su segunda y terceras partes), a la vez que renueva, como decíamos, el paisaje tecnológico; propone un puñado de situaciones e imágenes inéditas, y enriquece personajes como el del hijo pequeño, en el que recae ahora el peso dramático de la historia. David Lindsay-Abaire, guionista, ganó el Pulitzer a la mejor obra teatral por 'Rabbit hole', la historia (después llevada al cine con Nicole Kidman) de unos padres que luchan por superar la muerte de su hijo de cuatro años. La pérdida permea 'Poltergeist' de forma natural, por mucho que estemos en terreno sobrenatural.

El legado

A principios de los 80, Spielberg se planteaba rodar una especie de secuela de 'Encuentros en la tercera fase' con alienígenas poco o nada majos. Spielberg ofreció el proyecto a Tobe Hooper, autor de 'La matanza de Texas', pero este repuso que preferiría hacer algo de fantasmas. Hooper le habló de 'La casa encantada' de Robert Wise, una de las películas favoritas de Spielberg. Y de esa conversación surgió 'Poltergeist'.

La película se situaba en un barrio residencial de California parecido al de 'E.T. El extraterrestre', o los que suelen aparecer y quedar tocados en los libros de Stephen King (Spielberg quiso que escribiera el guión, pero no llegaron a un acuerdo). Allí, la familia Freeling recibía la visita violenta de fantasmas y veía cómo estas fuerzas sobrenaturales, bajo el control de 'La Bestia', se llevaban a su hija pequeña al otro lado. Hijos separados de sus padres: cien por cien Spielberg.

Tan rotundamente spielbergiana, tanto en fondo como en forma, era 'Poltergeist' que, desde su mismo rodaje, circularon rumores sobre una posible coautoría (algo que Spielberg no podía permitirse por contrato mientras preparaba 'E.T.'). El Sindicato de Directores de Estados Unidos llegó a abrir una investigación, pero no dio con suficientes pruebas de delito. Según muchas fuentes, Spielberg desarrolló el 'storyboard', montó el filme y dirigió diversas escenas.

Franquicia maldita

Igual que de grupos en proceso de disolución pueden surgir grandes discos, de equipos en conflicto salen buenos filmes. Y 'Poltergeist' es un clásico poco discutido, al contrario que su segunda y tercera partes, estrenadas en 1986 y 1988 con menos repercusión a todos los niveles.

'Poltergeist III' marcó el final de la carrera de Heather O'Rourke, cuya muerte, con 12 años, en una mesa de operaciones obligó a rodar el final del filme con una doble. Sobre la franquicia aletea una supuesta maldición (cuatro miembros del equipo han muerto en circunstancias singulares o no tanto) que ha generado bastante prensa amarilla.

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