El poder de James Ellroy

EL LIBRO DE LA SEMANA 'Perfidia' aborda una trama gigantesca con un estilo compacto

RAMÓN VENTURA

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Perfidia es un leviatán de excelente manufactura, el gigantesco primer volumen de los tres que compondrá la nueva y monumental obra de James Ellroy. La periodista Elena Hevia comparaba las intenciones narrativas de James Ellroy con Balzac, y no iba desencaminada: Perfidia retrata en casi dos millones de carácteres 23 días del año 1941; son ochocientas páginas para explicar las semanas que lanzaron a EEUU a la guerra con Japón. Pero el libro no nos ofrecerá dócilmente sus secretos: obra de lectura hipnótica, será necesario consumir un centenar de páginas de digresiones, investigaciones en vía muerta y relatos inconclusos para llegar a la tercera y fundamental escena del crimen, la muerte, aparentemente ritual, de los cuatro miembros de una familia japonesa de segunda generación. Los investigadores no creen en las coincidencias y cuatro crímenes, en la vigilia del ataque imperial a Pearl Harbor, es mucha coincidencia.

Será en esta escena del crimen cuando el escritor californiano se nos revelará magnífico, poderoso y alejado de los circunloquios moralizantes de sus personajes. Ellroy mezcla pulsiones autodestructivas de los protagonistas con fragmentos de fantasmas propios: conocemos el asesinato de su madre cuando él tenía 10 años, conocemos el pasado de drogadicción y la decadencia de sus primeras proclamas racistas y alcohólicas; intuimos trazas de autorretrato ocultas en el carácter y las actitudes de sus actores. Perfidia se fundamenta en este sustrato de contenidos y en múltiples elementos argumentales: el espionaje en tiempos de guerra, la connivencia con las mafias o el tráfico de seres humanos.

Obsesionado por el lenguaje sincrético y huraño, Ellroy prescinde de conectores en las frases y prefiere las elipsis: el uso de un simple «observemos» le ahorra la descripción de una escena y lo convierte en un narrador en posición elevada, omnipresente y demiúrgica; el Ellroy en formato compacto. Es diferente la estructura: el libro se articula inicialmente sobre cuatro relatos, cuatro voces distintivas que se superponen a medida de que se desarrolla el texto, aunque al final solo una permanecerá: será el diario íntimo de Kate Lake, una aventurera -arribista e inconsciente- protagonista de una anterior novela, La dalia negra (Scalett Johansson la interpretaba en la gran pantalla). Como Balzac, que revivía a personajes de libros anteriores, el diario de Lake ofrecerá continuidad y un punto de anclaje en la estructura del libro; las otras tres voces se integrarán, sin disolverse, en una sola -profunda y caótica-, que es la de la ciudad, Los Ángeles, la gran protagonista.

En un esfuerzo sintético, el columnista Chris Harvey, de The Daily Telegraph, resumía el argumento como «chicas malas que se mezclan con hombres muy malos», para añadir al elenco policías mafiosos, el argot, estrellas del cine, políticos corruptos, brutalidad contra familias japonesas, quintacolumnistas, harakiri, simpatizantes de los nazis y policías corruptos en tiempos de guerra. Yo propongo añadir drogas, confidentes, pistolerismo patronal, extorsión, codicia y odio racial. El retrato de los códigos y valores sociales de una cultura y una época en las que no regía la corrección política.

PERFIDIA James Ellroy Trad. Carlos Milla Random House. 768 págs. 24,90 €