POLÍTICA CULTURAL
Plan de museos 'interruptus'
Mascarell deja sobre la mesa una propuesta de reforma sin aprobar
Si las próximas elecciones al Parlament no fuesen a celebrarse el 27 de septiembre, el conseller Ferran Mascarell hubiese cerrado la legislatura, allá por finales de año, cumpliendo uno de sus objetivos, la aprobación de un nuevo plan de museos. Pero en estos años ni ha habido dinero para aplicarlo ni, finalmente, tiempo para promulgarlo. Con todo, como los cocineros de Masterchef que aún ponen un chorrito de jarabe de vinagre de Módena cuando ya les han dicho que levanten las manos, Mascarell ha decidido dejar su propuesta en la mesa de la Junta de Museus, que debería debatirla en septiembre, y en la del despacho de la conselleria para que quien venga en octubre no parta de cero. Iniciar el proceso de aprobación, aunque quede interruptus.
¿El contenido de este plan a diez años? En el caso de que quien llegue (o siga) en octubre lo considere oportuno, se debería aprobar una nueva ley de museos, los museos públicos catalanes de distintas titularidades, coordinados por una Mancomunitat de Museus de Catalunya, con una Junta de Museus limitada a funciones consultivas y un nuevo Fons Nacional per a l'Adquisició de Béns Culturals, formarían cuatro redes temáticas coordinadas por el futuro Museu Nacional d'Història de Catalunya, el Museu Nacional d'Art de Catalunya, el Museu Nacional de les Ciències y el Macba (que debería tener carácter nacional). A esta red se deberían incorporar un nuevo Centre de Fotografía, dependiente del MNAC, y el Museu d'Arquitectura y Urbanisme de Catalunya.
El plan prevé cambios en la gestión de los museos (horarios, lenguas de difusión, aplicación de nuevas tecnologías, autofinanciación), un aumento de las inversiones que se dedican al patrimonio cultural del 1% al 1,5% y que reciban el 5% de la tasa turística. Una medida a más corto plazo (pero aun así, aplicable no antes de enero) es que la anunciada creación de un carnet único de todas las bibliotecas comporte también, gracias a la colaboración de los museos, la extensión a todos los usuarios de las ofertas en materia de acceso a la cultura que incorporan carnets como los de las bibliotecas de Barcelona o Girona. Hasta tal punto que el carnet de bibliotecas se convertiría en un futuro carnet multiusos Catalunya és cultura.
Eso sí, hay una variable política que no afectaría al plan de Mascarell: está pensado (programar a 10 años en la situación actual obliga a ello) para ser válido tanto en un escenario de independencia como de ampliación del autogobierno.
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