tú y yo somos tres

Pinceladas Trump en el telehipódromo

FERRAN MONEGAL

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La inminente toma de posesión de Donald Trump como presidente número 45º de los Estados Unidos de América del Norte lleva una semana revolucionando las cadenas. La figura de Trump ha protagonizado desde los informativos hasta los programas de sarcasmo más vitriólico. Buenafuente (Late motiv, #0) le preguntó a su Trump particular -el estupendo caricato Raúl Pérez- si es cierto que contrató prostitutas rusas para que «se orinasen en la cama del hotel en que iba a pernoctar Obama». Y Trump respondió: «Eso es una vergonzosa mentira. Es falso totalmente. Las prostitutas no eran rusas». O sea, defensa del made in USA hasta en versión escatológica: la lluvia dorada de alquiler.

EL PERSONAL DE LA 'WHITE HOUSE 

En el documental sobre la Casa Blanca que acaba de pasarnos TV-3 ('Sense ficció') nos han advertido que el personal doméstico que allí trabaja es afroamericano fundamentalmente. La mayoría, descendientes de esclavos liberados. Cuando llegó Obama muchos que les tocaba jubilarse renunciaron a la jubilación. Estaban emocionados ante la posibilidad de trabajar, por primera vez en la historia, para un presidente negro. Se especula en Washington que ahora ocurrirá al revés: muchos pedirán la jubilación anticipada.

LOS FANS, RUIDOSOS 

También han salido entusiastas de Trump en nuestro telehipódromo. En Espejo público (A-3 TV) apareció el economista Roberto Centeno. Se intituló asesor de Trump. Llamó sinvergüenzas a los periodistas allí presentes. Les conminó a que alabasen a Trump inmediatamente. En el documental Presidente por sorpresa (A-3 TV) rescataron imágenes de las visitas de Trump a España: a Marbella (2011) y a Barcelona, donde llenó el Palau Sant Jordi (2014). Ferran Fontal, empresario socio de Trump, explicó con fervor: «Es fuerte. No se debilita. Ante las adversidades, ¡golpea!». ¡Ah! Más que hablar de un futuro presidente parecía que hablase del Potro de Vallecas.

JOSÉ ANDRÉS

Lleva 25 años en EEUU. Tiene allí varios restaurantes. Le contó a Bertín Osborne (T-5): «Me dijo Trump, antes de las elecciones: ¡Estamos ganando, José, estamos ganando!». Le respondí: «Yo solo soy cocinero». Andrés, a partir de hoy, es el primer español demandado por un presidente estadounidense por no querer abrir un restaurante en su torre-rascacielos.