EL REY DE LOS MUSEOS DE LA CIUDAD

102 'picassos' más en Barcelona

Su larga trayectoria y su fuerte vinculación con la ciudad hacen que el malagueño sea el autor con más obra expuesta en las colecciones permanentes y temporales de la capital catalana

Fragmento de 'Cabeza de mujer' (1953) de Picasso, en la exposición 'Artistas revolucionarios' de la galería Mayoral.

Fragmento de 'Cabeza de mujer' (1953) de Picasso, en la exposición 'Artistas revolucionarios' de la galería Mayoral. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Picasso no es un artista fácil; su trazo no tiene la amabilidad del de los impresionistas, por ejemplo, pintores cuyo arte entra rápidamente por la vista. Al genio malagueño cuesta entenderlo. Sobre todo cuando se pone cubista o le da por distorsionar las figuras. Hay que mirarlo una y otra vez para caer en sus garras, pero una vez ha ejercido su seducción, ya no hay salvación que valga. Su atractiva personalidad y su fuerza creadora atrapan. Irreversiblemente. Quizá por eso, porque quienes deciden qué se expone son los expertos, los que ya han caído bajo su influjo, y no los visitantes, en Barcelona, esta Navidad, manda Picasso. Ahora, paseando por la ciudad uno puede gozar de 464 de sus obras. Vamos, que es el artista que más piezas tiene en exposición. Las 362 que se muestran permanentemente más las 102 que reúnen las exposiciones temporales en cartel.

EXPOSICIONES CON OBRAS DE PICASSO EN BARCELONA

De hecho, el genio malagueño es el rey de la ciudad desde la apertura del museo que lleva su nombre, en 1963, y que él mismo impulsó. El centro de la calle de Moncada exhibe unas 300 obras de Picasso de forma permanente, 316 en la actualidad. La cifra varía en función de las piezas que van rotando en las salas. Con todo, obra arriba, obra abajo, lo expuesto en el Palau Aguilar supera con creces a los otros artistas con museo propio en Barcelona: Joan Miró y Antoni Tàpies. En la fundación del autor de las 'Constelaciones' se pueden ver permanentemente unos 160 trabajos del creador; y unos 20 se exponen del pintor matérico en el museo que vela por su figura. Tampoco hay modernista que lo supere, pues Ramon Casas, el pincel más representado en las salas del MNAC, solo suma 15 lienzos en las paredes del Palau Nacional. Lo dicho, en Barcelona manda Picasso. Y este final de año impone su ley más que nunca.

PASADO Y PRESENTE

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Así, a las obras que siempre están ahí, las del periodo de formación que acoge el Museu Picasso o las cerámicas, 16, que el genio donó al Museu de la Ceràmica (ahora Museu del Disseny) y las 28 de la colección Fran Daurel, amén del óleo del MNAC y el friso del Col·legi d’Arquitectes, hay que sumar un centenar más. Piezas de diferentes épocas de la larga trayectoria del genio que completan exposiciones, la mayoría de las veces, no centradas en su carrera. Hay algo de casualidad en la reunión de tanto Picasso, pero también mucho de otros factores. Uno de ellos es su longevidad y su larga producción. "Picasso es un mito que cursó toda la modernidad y todas las vanguardias sin dejar de ser él mismo. Transitó por el primitivismo, el impresionismo, la gran revolución del arte que fue el cubismo, el surrealismo, también fue un maestro para la pintura americana y uno de los escultores más importantes del siglo XX. Es normal que verlo en tantas exposiciones", argumenta el director del Museu Picasso Emmanuel Guigon. Del mismo parecer es el experto picassiano y conservador del MNAC Eduard Vallès: "Miró al pasado y ha sido muy mirado en el presente, así que se pueden encontrar exposiciones vinculando a Picasso tanto con el primitivismo como con el arte contemporáneo".

Cada exposición tiene su discurso, y Picasso casa con todos. Renoirque se profesaban, así que el malagueño cierra la muestra que la Fundación Mapfre le dedica al francés con dos impresionantes óleos: 'Mujer en una butaca roja' y 'Gran desnudo con ropaje', el primero, cubista; el segundo, del periodo del 'retour à l’ordre'. Tampoco se centra en Picasso la exposición del Museu del Disseny sobre cerámica aplicada a la arquitectura ni las dos muestras que acoge Caixaforum, una dedicada al cine y otra, con piezas del Museo Thyssen, pero en las tres está presente el autor del 'Guernica', y en la que reúne obras del Palacio de Villahermosa de una forma muy especial: con 'Arlequín con espejo', el icono de la colección Thyssen con el que siempre que podía se fotografiaba el barón. Menos conocido, pero también importante es 'Arlequín y mujer con collar', una de las 13 telas con la firma del malagueño que reúne 'Cubismo y guerra', la muestra temporal que presenta el Museu Picasso. Y al primitivismo como influencia remite 'Picasso románico' del MNAC, con 40 piezas del genio llegadas de París. También 40 expone 'Mitologías', en el Museu Picasso, y alguna menos, 2, se pueden ver en 'Artistas revolucionarios'. Esta última un homenaje al Pavelló de la República del 37, en la galería Mayoral.      

INTERNACIONAL Y LOCAL

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El cambio de modelo museográfico sufrido los últimos años también ha influido en la suerte de juntar tantas piezas de un mismo creador: "Antes se hacía una exposición monográfica sobre un artista y básicamente se exponía obra de ese artista, ahora ese artista se confronta con otros, y por eso en una exposición sobre Renoir ves 'picassos'", reflexiona Vallès. Y no hay que desechar otro factor: "Picasso se ha convertido en una marca, y en un punto fuerte de Barcelona. En una marca que corresponde a un genio, a un artista que ha dominado el siglo XX. Y ante a algunos nombres, como el de Picasso, el público responde", apunta Maite Ocaña, exdirectora del Picasso y del MNAC.

Pero los tres expertos coinciden en un punto, el más destacado: el factor Barcelona. "Siempre ha habido un idilio muy especial entre el artista y la ciudad", constata Vallès. Una relación correspondida: "A lo largo de los años el mundo artístico de Barcelona ha ido interiorizando la figura de Picasso, hasta el punto de verlo como un artista propio". Y Picasso tenía sus raíces aquí: "En Barcelona es donde se formó como artista. Es donde hizo la primera gran exposición personal, el primer grabado asesorado por Ricard Canals y la primera escultura con ayuda de Emili Fontbona, aquí montó su primer taller, y aquí lo apoyaron cuando todavía no era Picasso. Consideraba la ciudad como propia", concluye el experto. Todo esto condiciona y le condicionó. No en vano, en Barcelona levantó su primer museo y al que donó más de 1000 obras. Y no en vano, en Barcelona es el artista más permanentemente expuesto.