Philippe Jaroussky debuta en el Palau de la Música

El aclamado contratenor francés interpreta obras sacras de Bach y Telemann con la Orquesta Barroca de Friburgo

PHILIPPE JAROUSSKY

PHILIPPE JAROUSSKY / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Philippe Jaroussky, contratenor estrella con miles de fans, debuta este lunes en el Palau de la Música con un programa alemán dedicado a cantatas de Johann Sebastian Bach y Georg Philipp Telemann junto a la aplaudida Orquesta Barroca de Friburgo.

"Me disculpo por no hablar catalán", dice en un español bastante correcto. "Para mí es un honor cantar en una sala tan emblemática como el Palau que conozco solo como turista". El reperetorio que presenta es el de su último disco 'Bach-Telemann: Sacred cantatas'. Cerca de los 40 años, Jaroussky intenta ampliar miras acercarse a nuevos repertorios. El pasado marzo estrenó en Amsterdam la ópera contemporánea 'Only de sounds remain', de la finlandesa Kaija Sahariaho, que llegará al Teatro real de Madrid en el 2018. "Fue Peter Sellars, el director de escena, quien me ofreció el papel de Ángel después de asistir a uno de mis conciertos", recuerda. "La experiencia de trabajar con Sahariaho y él ha sido interesante. Nunca había cantado con ese tipo de música donde intervenían ordenadores y efectos".

RETO SUPERADO

"Cantar en alemán con una orquesta como la de Friburgo era todo un reto. Antes de grabar el disco hicimos una gira juntos por Alemania. Aquello fue una gran prueba", recuerda desde su hotel en Madrid, donde ha presentado el mismo programa que en Barcelona. Hace años que Jaroussky trabaja con esta formación con la que también debutó en el Liceu en el 2011 con un concierto dedicado a Haendel.

"Para mí lo interesante de este proyecto era poner de relieve la música de Telemann. Es muy bella y sin embargo mucho menos interpretada que la de Bach. Toda la primera parte se la dedicaré a él en el concierto". No existen demasiadas grabaciones que reunan obras de dos maestros por eso consideró importante poder unir la exigente y popular 'Ich habe genug', de Bach, con 'Vergnüte Ruh', una bella pieza de Telemann.

Aunque él no es creyente disfruta con la música sacra. "Uno puede emocionarse con la belleza y dramatismo de esta música independientemente de sus creencias, incluso si no las tiene, como es mi caso", mantiene. Cantar obras espirituales, adentrarse en la pasión de Cristo requiere una concentración distinta. "No es lo mismo interpretar arias de ópera muy virtuosas que música religiosa que traspasa y llega al alma. Es una experiencia muy fuerte, profunda". Y añade: "Cuando canto ópera interpreto un papel y exagero los sentimientos. En la música sagrada siempre hay una parte de misterio, algo más grande que yo que hace cambiar de forma sutil la manera de cantar".

Cuando mira atrás valora la evolución realizada. "Mi mente ha cambiado y también mi forma de cantar. No puedo ser el mismo, ni lo intento. Mis intereses artísticos también han variado", señala el intérprete. En el futuro le gustaría centrarse más en su faceta como director con el conjunto Artaserse, fundado por él y un grupo de amigos. "Me encanta hacer música con ellos porque son muchas las cosas que nos unen. Hemos aprendido mucho juntos y nos queda mucho por aprender".