La jornada inaugural de la Mercè

Peret «Yo nunca me he vendido. Me han comprado»

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JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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Pere Pubill Calaf, Peret, el patriarca rumbero de la calle de Cera, recibe a este diario en un bar céntrico de Mataró, ciudad en la que nació hace 78 años y en la que vuelve a residir tras diversos periplos. Al autor de Una lágrima, Borriquito, Saboreando, El mig amic y otros hitos le corresponde esta noche una honrosa misión: protagonizar la oferta de la Mercè en la plaza de Catalunya, donde actuará a las 23.00 horas, tras el pase de un grupo con el que compartió fastos olímpicos, Los Manolos.

-No es una actuación cualquiera.

-Para mí es tan importante como un recital en Badalona o en una casa de acogida de gente mayor. Es lo mismo. En 1972 hice una gala en el  Liceu y Jesús Mariñas me preguntó esa misma pregunta, y le contesté lo mismo. Todo el público merece el mismo respeto. Las ganas de quedar bien para ellos son las mismas.

-El otro día, cuando recogió un premio Altaveu, en Sant Boi, dijo que «existen muchas músicas, pero hay una que es la nuestra». ¿Cuál es? 

-Sí, lo dije porque hay niños muy guapos, pero el tuyo es el tuyo, ¿verdad? ¿Cuál es nuestra música? La rumba es muy nuestra. La sardana no lo sé. Yo diría que la rumba lo es más. Es una música con cualidades que otras no tienen. Hay géneros que dan siempre lo mismo. El bolero es el desamor. El tango también. La rumba expresa otros muchos estados de ánimo. Es muy completa. La rumba estaba en los años 60 y 70 en los locales de la zona alta, como Bocaccio, y hoy está en todas partes.

-Se refiere a la rumba catalana.

-Claro, es que la otra no es nuestra.

-Hay una rumba flamenca.

-Esa tampoco es nuestra. La nuestra es la que habla de la escudella i carn d'olla, de Barcelona, del gitano catalán... Hay una rumba que expresa picardía, y otra que te hace pensar...

-¿Y protestar?

-Sí, y lo hace con mucha seriedad. Muchos cantantes han acabado reconociendo con el tiempo que durante la dictadura era Peret quien colaba esos mensajes de protesta. Como, por ejemplo, en El mig amic...

-«I enredant per allà, i enredant per aquí...»

-Ahí digo que el personaje de la canción «inclús havia venut 'trajos' a algun guàrdia civil». Algo así no podía pasar la censura. Yo creo que no lo entendieron en catalán y coló. Pero en el cuartel de Sant Pau, de Barcelona, cuando hacían fiestas, me pedían que la cantara. ¡Ellos mismos! Mary Santpere también me la pedía siempre. Está dedicada a mi padre.

SEnDEl muerto vivo es una canción colombiana pero mucha gente cree que es suya.

-La conocí por el cubano Rolando Laserie; la cantábamos juntos en Venezuela. Hacía un programa en el que estaba gente como Pérez Prado, por  cuyos discos era capaz de pagar una fortuna, porque aquí no se encontraban. Llegaban a través de alguien que los traía en barco o avión.

-En su parlamento de Sant Boi también dijo que a quien solo le gusta un tipo de música es que no le gusta la música.

-Es que solo hay siete notas. Es como jugar al dominó: hay unas fichas limitadas. Una música no es mejor que otra. A mí me gusta la rumba catalana, pero también muchas otras cosas. Si no, no me gustaría la música. El flamenco no es fácil, pero si lo escuchas bien seguro que te gustará un poco. O el tango, o el candombé, o la jota, ¿no es bonita?

-¿Y el rock?

-La rumba catalana es rock. El ritmo es ese. Yo comencé escuchando a Elvis (Presley). Y otro de la época, Tommy Steele.

-¿Tiene la tendencia a pensar que lo mejor ya se ha hecho y que ahora todo es decadencia?

-El mundo cambia, y es necesario que cambie. Y todo vuelve. Tenemos que conservar lo mejor de cada época y eliminar lo peor. En una época todos llevaban pata de elefante, e igual cualquier día vuelve.

-Usted la llevaba cuando actuó en Eurovisión. ¿Vio claro que Abba se iba a llevar el premio?

-Sí, me di cuenta de que eran muy buenos. No solo la canción; también ellos, y la puesta en escena. Está claro que quienes no podíamos ganar éramos nosotros.

-¿Por qué?

-Porque acababan de fusilar a Puig Antich y a otro. En los ensayos de la votación nadie nos votó, aunque luego quedamos novenos. Pero no siempre la mejor canción es la que gana.

-Para mantener una carrera larga y reconocida como la suya no basta con componer buenas canciones. ¿Se ha sabido vender?

-Yo nunca me he vendido. Siempre me han comprado. Yo no tengo ningún secreto. Mire, si tienes éxito debes dar gracias al público. Yo hago una canción y la canto como la compuse, y tengo la suerte de tener un público a quien le gusta. Pero los artistas que llenan los estadios musicalmente son los peores. ¿Por qué? Porque hay más gente que no entiende que gente que entiende.

-Pero usted ha tenido muchos éxitos.

-Yo digo lo que hay. No todos los artistas con éxitos son peores, pero hay casos así. Gente que no afina, que no entiendes lo que canta... Hay un público al que le gusta esto. No decimos nombres porque todo el mundo tiene derecho a ganarse la vida. El Cordobés, para los buenos toreros, no era un torero de verdad.

-¿Cree que sus éxitos no corresponden a sus mejores canciones?

-Sí, hay quien viene y me recuerda canciones como El jilguero, o Vieja guitarra, «qué bonitas»... Las que han tenido éxito son las más fáciles. En los toros, en el tendido siete están los entendidos, y más allá hay turistas y gente que no sabe de toros.

-¿Le gustaría hacer un recital con esas canciones que no han sido populares?

-¿Un concierto entero sin mis éxitos? Pues no lo he pensado nunca, pero podría hacerlo. Yo suelo interpretar canciones de otros, como L'emigrant, que canté en el Camp Nou. O Los ejes de mi carreta, de Atahualpa Yupanqui, que canto siempre que puedo, porque hay que dar a conocer el problema de la gente que esta sola, sobre todo la gente mayor. Lo explica tan bien...

-¿Habrá otro disco de Peret?

-He estado trabajando en uno, que no sé cuándo terminaré, y ahora me han pedido otro distinto. No sé qué haré. Pero a veces se te quitan las ganas. Si quieres un disco solo tienes que ir a internet y lo bajas. Ahora las discográficas te hacen ir aquí y allá y no te pagan, y luego se llevarán el 40% de lo que cobras en las actuaciones. ¿Qué le parece? Hay quien no tiene nada más y lo hace, pero a mí no me interesa. Para hacer eso, lo hago yo solo. Pero, en fin, habrá que continuar, ¿no?