Cervera inicia tres días de Aquelarre

Es la fiesta que se sale de la norma. No está dedicada a ningún santo ni a ningún patrón. Todo lo contrario. Durante los tres días que dura el Aquelarre, la población de Cervera ensalza el mal; la lujuria y el fuego se abrazan desde el 26 de agosto hasta el domingo 28 en el casco antiguo de la ciudad para celebrar por 39ª ocasión una nueva reunión de brujas. Una bacanal que este año quiere traspasar las murallas de la capital de la Segarra y seducir a todos aquellos a quienes les gusta dejarse llevar por la fiesta nocturna. Y por la música de bandas como los vascos Kaotiko, Itaca Band, Strombers o La Salseta del Poble Sec, todo un referente de la fiesta cerverina.

La moral cristiana queda lejos de la celebración. "En el Aquelarre se acaba sacando al demonio con una polla gigante de plástico y se corre [con espuma] sobre la gente", explica con una sonrisa el regidor de la Paeria de Cervera Marc Llorens, que recuerda haber empezado a celebrar la fiesta desde los 11 años. "Todo el mundo alucina, hasta mis amigos vascos", añade Llorens, que ocupa una cartera del gobierno municipal dedicada en exclusiva al espectáculo.

Aunque todo pueda parecer una excentricidad festiva, la organización trabajado en los preparativos desde el mes de enero. "La gente espera esta fiesta durante todo el año; es muy sentida e incluso tiene más reconocimiento que la fiesta mayor de Cervera", comenta Llorens. Actos como el baile de la Polla, la invocación del Mascle Cabró o la Escorreguda Final hacen sentirse orgullosa a una población que empezó el desenfreno  en 1977 "como un grito de protesta contra todo lo que había en aquel momento", comenta el regidor.

PÓLVORA A KILOS

El fuego es elemento indispensable. A lo largo de todo el  fin de semana se quemarán hasta 360 kilos de pólvora. Algunos han bautizado al Aquelarre como "la Patum de las tierras de Ponent", y aunque compartan el espíritu de fuego y fiesta salvaje en la calle, a Llorens le gusta destacar que, a diferencia de la fiesta de Berga, la celebración cerverina "está dedicada en exclusiva al mal y a las brujas". De hecho, algunas de las actividades diurnas que se realizarán en espacios tan emblemáticos como la Universidad de Cervera, estarán orientadas hacia el espiritismo, el satanismo, la lectura de manos o el tarot.

Según la administración, a lo largo de los tres días de celebraciones pueden pasar por Cervera cerca de 30.000 personas, e incluso concentrarse unas 20.000 en la noche del sábado (el censo del municipio está en 9.200 vecinos). Unas cifras que transforman la inversión municipal (180.000 euros), en un impacto económico de un millón de euros, según un estudio de la Generalitat.