Paz Soldán: La cárcel es un reflejo de la sociedad en "Los días de la peste"

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alicia García de Francisco

El boliviano Edmundo Paz Soldán se adentra en un duro microcosmos, una cárcel en la que conviven el horror con la cotidianeidad, en "Los día de la peste" y lo usa como reflejo "distorsionado y exacerbado de la sociedad actual", de la corrupción endémica, la estructura de poder y los abusos.

Una novela coral con una treintena de narradores que se suceden sin pausa en una narración con la que Paz Soldán (Cochabamba, 1967) quiere hacer sentir al lector la sensación de hacinamiento en la que se encuentran muchos penales latinoamericanos, ha explicado el escritor en una entrevista con Efe en Madrid.

Inspirada en la peculiar cárcel de San Pedro, en La Paz, en la que los reclusos pueden vivir con sus familias, pero con elementos tomados de prisiones de Argentina, México, Brasil o Uruguay, el escritor abandona la ciencia ficción de su trabajo anterior, "Iris" (2014), para sumergirse en una cruel realidad que por momentos supera cualquier idea de ficción.

Tras una profunda investigación de motines y enfermedades en cárceles e incluso del lenguaje, el escritor se dejó llevar y empezó a volcar todos esos conocimientos en la construcción de un lugar ficticio que podría ubicarse en cualquier parte, no únicamente en Bolivia.

A Paz Soldán lo que le interesaba era mostrar "cómo funciona el poder en nuestra sociedad" y eso es lo que ha hecho en una novela publicada por Malpaso primero en España antes de salir a la venta en Latinoamérica, probablemente en otoño.

"Se ha abusado mucho de la novela del dictador y quería huir de eso y mostrar un poder que se va fragmentando", cómo los pequeños delitos e ilegalidades que comete cualquier ciudadano para evitar una multa, por ejemplo, "es lo que da origen a las grandes corrupciones".

"Los políticos nacen de nuestra sociedad", reflexiona el escritor, que en "Los días de la peste" muestra las diferentes estrategias en los distintos niveles de poder en una crítica directa al abuso y dejadez de sus obligaciones por parte de las autoridades.

La novela como género, reflexiona, "tiene más posibilidades para ser instrumento de crítica de la sociedad y a mí me interesa mucho la conexión entre política y literatura", aunque matiza que no le gustan las novelas didácticas, con mensaje.

Prefiere "las zonas grises, ambiguas" y eso queda claro en su última novela, en la que muestra sin juzgar una realidad que daría para muchas lecciones de moral, de las que huye radicalmente.

En "Los días de la peste" los protagonistas son tanto políticos -el gobernador o el prefecto- como policías de prisiones corruptos -Hinojosa o Krupa-, prisioneros -el Tiralíneas, 43, Rigo, el Tullido o la Jovera- o sus familiares -Lya, Celeste o Saba.

Todos ellos habitantes de un mundo aparte, con sus propias reglas y los delitos más abyectos, en el que las violaciones, el trapicheo de droga o los asesinatos están en el menú diario, junto a la miseria y las plagas que se extienden imparables como la peste.

Y junto a todo eso, el contraste entre quienes abrazan la modernidad de hoy en día y quienes están anclados en cultos oscuros y sanguinarios, como el de la Innombrable que sobrevuela esta historia.

Apenas cuatro días en la vida de estas personas que sirven a Paz Soldán para componer un retrato sin contemplaciones de una realidad que queda muy lejos del Estados Unidos en que vive desde hace 30 años.

Un país, asegura, "esquizofrénico", dividido entre las grandes ciudades o las ciudades universitarias como en la que él reside -Ithaca (Nueva York)-, que son modelo de diversidad y tolerancia y lo que se conoce como "Trumpland" (territorio del presidente de EE.UU., Donald Trump), "otro espacio, otro territorio, en el que hay una reacción muy fuerte contra los inmigrantes".