CRÓNICA DE CONCIERTO
Paul Weller, veterano en mutación
El antiguo líder de The Jam confirmó su vitalidad y ansia de experimentación en un concierto ecléctico en Razzmatazz
Juan Manuel Freire
Periodista
Periodista y crítico cultural.
Juan Manuel Freire / Barcelona
Si de algo no se puede acusar a Paul Weller, es de quedarse dormido en los laureles. De explotar las raíces mod de The Jam hasta el fin de los tiempos o resucitarlos solo por la pasta. El rockero británico reconoce su pasado sin rendirle pleitesía, como quedó claro en el directo de Razzmatazz de la noche del jueves, ante todo una demostración de vitalidad, inquietud y curiosidad. No tantos músicos nacidos en los 50 pueden alardear de esas virtudes.
En teoría venía a presentar 'A kind revolution' (2017), título que adornaba los tambores de los ¡dos! baterías, Steve Pilgrim y Ben Gordelier, quien aportó sobre todo inteligentes contrapuntos de percusión electrónica. Pero sonaron más temas del anterior 'Saturns pattern' (2015), empezando por ese arranque de concierto con 'White sky' (muy Led Zeppelin) y siguiendo por 'Long time' y 'I’m where I should be', canción rock sobre la idea poco rock de estar satisfecho con tu lugar en el mundo.
Amenaza nuclear
"Ahora vamos a tocar una canción antigua", dijo Weller en una de sus breves interpelaciones al público, siempre con voz murmurada. La elegida fue 'My ever changing moods', clásico de su otro antiguo grupo, los soul The Style Council, con un subtexto de amenaza nuclear que en la era Trump resuena con especial fuerza. Hizo subir la temperatura de un Razzmatazz hasta entonces, quizá, algo frío, en parte porque Weller no llegó a llenar.
La primera referencia al nuevo disco fue la bowiesca 'Nova', seguida algo más tarde por la R&B 'Woo sé mama' y la jazz-pop 'She moves with the fayre'. Con 'Going my way' tuvimos ocasión de verle al teclado, igual que en 'Hung up', gran éxito de los 90 que este año vuelve a tocar regularmente tras más de una década sin acercarse a él. Algarabía en el ambiente, aunque todavía más la hubo con la contagiosa 'Shout to the top!' de The Style Council.
El ambiente se puso romántico con 'Above the clouds' (Marvin Gaye habría firmado esto orgulloso) y la balada 'You do something to me', y más bien cósmico con una 'These city streets' alargada al máximo entre guitarras espaciales: ni rastro aquí del Weller punk de los 70. Poco después, sin embargo, nuestro hombre en Woking recordaba el valor de la brevedad y la tensión con el clásico 'Start!' de The Jam. No fue el único revival del revival mod: también cayó (y entonces Razzmatazz por poco no se hundió) 'Town called Malice' como insuperable fin de fiesta.
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