ÓPERA EN VERSIÓN CONCIERTO

Brillante 'Il re pastore' en el Palau

William Christie dirige con buen pulso la obra del joven Mozart, en la que las solistas femeninas se imponen a un Villazón fuera de tono

Il re pastore

Il re pastore / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Mozart tenía 19 años cuando compuso 'Il re pastore' (El rey pastor). La fresca y sencilla instrumentación de esta ópera seria de encargo de la corte episcopal de Salzburgo muestra a un autor que progresa adecuadamente antes de la llegada a la madurez con 'Idomeneo'. Los rasgos de su genio se dibujan nítidamente en esta partitura que el maestro William Christie, al frente de su formación barroca Les Arts Florissants  y cinco solistas vocales, leyó con brillantez en su cita del domingo con Palau 100.

El márketing situó a un Rolando Villazón voluntarioso pero fuera de estilo como líder de la propuesta, pero la realidad es que las triunfadores de esta función semiescenificada fueron, además de la orquesta, las cantantes femeninas. El popular tenor, aplaudido por sus fans, exhibió su habitual desparpajo actoral  pero solo dio la sensación de encontrarse cómodo en las abundantes partes graves de su tesitura vocal. El cantante mostró dificultades en el despliegue de las agilidades y en el desequilibrado ascenso a los agudos.

DRAMA PASTORAL

El cantante mexicano desempeñó con deliberado histrionismo el rol de Alejandro Magno en esta historia con libreto de Metastasio inspirada en un drama pastoral de Torquato Tasso. En la trama, Aminta (una gran Martina Janková, con registro cristalino, fuerza dramática y gran proyección) vive como un pastor, pero, sin él saberlo,  es en realidad Abdalonimus, heredero del trono de Sidón. Está enamorado de la ninfa  Elisa (una espléndida Regula Mühlemann de gran presencia escénica), que teme las consecuencias de la derrota de Strato, usurpador del trono, vencido por Alejandro Magno.

Tamiri (estupenda Angela Brower), hija del tirano que se oculta detrás de la identidad de una pastora, está enamorada de Agenore (un sólido Emiliano González), confidente de Alejandro. La decisión del vencedor de que ella se case con Aminta para unificar el pueblo de Sidón provoca una cascada de reacciones que concluyen con la decisión magnánima del rey de Macedonia, dejando que cada uno contraiga matrimonio con su preferido.

La endeble estructura dramatúrgica de esta historia, centrada en el debate entre el amor y el deber, no ofrece perfiles psicológicos profundos de los personajes, pero ello no impide que brillen las innovaciones de la inventiva mozartiana. La sala vibró con sublimes momentos como el del aria 'L’ameró, saró constante', con deslumbrante acompañamiento orquestal y un bellísimo dúo de violín con Janková, o con el triunfal quinteto final 'Viva l’invito duce!', repetido en un aclamado bis de una velada que, en conjunto, resultó muy estimulante.