CRÓNICA

Celestial 'Pasión según san Mateo' con Gardiner

El maestro elevó la versión de la magna obra de Bach a la cumbre interpretativa junto a sus formaciones y solistas encabezados por un gran Mark Parkmore

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CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Impresionante interpretación en el Palau de ‘La pasión según san Mateo’ de Bach, oratorio cumbre de la música sacra. El regreso de John Eliot Gardiner a Barcelona, después de su memorable recreación de la ‘Missa en do menor’ de Mozart, era esperada como un acontecimiento. Y no solo no defraudó sino que superó las expectativas. La grandeza de la partitura, que recorre la visión del  evangelista de la pasión y muerte de Cristo con textos intercalados del libretista Picander, exige un nivel de excelencia que está solo al alcance de grandes músicos como el maestro británico y sus formaciones.

La obra, definida por Jordi Savall como el "Everest de la música", es tan intensa que cuesta bajar de la cúspide celestial de su audición a la realidad terrenal. Después de tres horas en el recinto modernista resultó difícil descolgarse de la sacudida emocional que produjo la conmovedora interpretación de The English Baroque Soloists y Monteverdi Choir, con una empaste y calidad sonora sobresalientes. El Cor Infantil del Orfeó Català y destacados solistas, encabezados por un gran Mark Padmore, complementaron muy bien el reparto.

REITERADAS ACLAMACIONES

La factura dramática de esta creación, expuesta con profunda musicalidad y una gran teatralidad, fue trasladada con una inusual perfección en el ensamblaje de todos los elementos. La versión de Gardiner al transmitir los sentimientos de recogimiento, piedad y dolor de la partitura traspasó los límites de la trascendencia y de la comunicación. Pasadas las 12 de la noche, el público salió levitando de la sala tras reiteradas aclamaciones a los protagonistas de la velada.

El desarrollo de los 68 pasajes de la más larga pieza de Bach fluyó con una naturalidad asombrosa. Con un dominio absoluto de las claves interpretativas de la obra, los componentes de los coros y los solistas ni siquiera tuvieron que hacer uso de las partituras, hecho que contribuyó a la espontaneidad expositiva. La habitual distribución en doble orquesta y doble coro, en este caso ampliado con el de niños, contribuyó a potenciar el dramático relato del camino al Calvario.

MOMENTOS SOBERBIOS

Desde la imponente obertura ‘Kommt, ihr Tötchter helft mir kagen’ hasta el coro final, la sucesión de escenas la obra discurrió por los caminos marcados. Recitativos, arias e himnos corales fluyeron con una continuidad ejemplar. Maravillosos fueron algunos dúos entre cantantes e instrumentistas y soberbios algunos momentos como el del monumental coro ‘Befiehl du deine Wege’.

Padmore estuvo deslumbrante en su rol de Evangelista. Con una afinación y musicalidad sin mácula, el tenor desplegó su rol con un elegante e impecable fraseo. Con menos papel, pero gran convicción dramática brilló también el bajo Stefan Loges (Cristo) y estuvieron a buen nivel los demás cantantes surgidos de este coro formado por grandes solistas. Que vuelvan pronto.