Palabras de amor de Joan Manuel Serrat a Estopa

El cantante muestra su sintonía con los hermanos Muñoz en una carta abierta y se ofrece a subir una vez más con ellos a un escenario

Concierto de ESTOPA en el Palau Sant Jordi.

Concierto de ESTOPA en el Palau Sant Jordi. / periodico

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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Ya se han subido alguna vez juntos al escenario, así que consta la buena relación entre Joan Manuel Serrat y los hermanos David y José Muñoz, los componentes de Estopa. Pero para acabar de demostrar el calor que hay en este eje Poble-sec-Cornellà (a lo que se une que unos y ambos compartan discográfica, Sony), Serrat ha dirigido unas 'palabras de amor' al grupo, en plena gira de lanzamiento de su último disco, 'Rumba a lo desconocido'.

En esta carta, difundida por Sony Music, Serrat califica a los Muñoz como "muy colegas" suyos y se ofrece a subir de nuevo con ellos al escenario y señala qué canción de su último disco querría interpretar con ellos: 'Donde va mi alma". No hay fecha, pero el concierto de cierre de gira anunciado para octubre del 2016 en el Palau Sant Jordi sería sin duda el momento y el lugar ideales.

Este es el texto de esta carta abierta:

Sres. David y José Muñoz, Componentes del grupo musical Estopa Mis muy queridos lobos estoparios: No se porqué os escribo en plural. Tal como sois el uno con el otro y ambos con el mundo, podría hacerlo perfectamente en singular. Sois el único caso conocido de hermanos siameses nacidos en fechas distintas. Me empuja a escribiros, queridos estopas, un sueño. Soñé con vosotros. Ibais vestidos de etiqueta, con smoking, zapatos de charol, pajarita y cuello duro, como un par de James Bond barbados y armados con sus guitarras. Sin embargo transmitíais una gran placidez. Como mi madre cuando sueño con ella. Que diferente a la desazón con que me desperté aquella vez que soñé con Mariano Rajoy suplantando a Manolo el del bombo, con su sonrisa beatífica, inquietante, mirándome fijamente con ojos estrábicos, Dice Freud que los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos. Tal vez de mayor me gustaría ser James Bond o Estopa, pero, diga lo que diga Freud, en ningún caso en lo mas profundo de mi subconsciente late el deseo inalcanzable de convertirme en Rajoy o Manolo el del bombo. En cualquier caso, como expertos que sois en apariciones en sueños, al tiempo que amigos, quería compartir con vosotros la experiencia y de paso agradeceros el detalle de poner en mis manos vuestro último trabajo antes de que echase a volar, cuando aún sacaba humo por los surcos. Una primicia que ya es de todos y que a fuerza de escucharlo, me tiene a punto de caramelo para subirme con vosotros, si me queréis, al escenario. Me pido “Donde va mi alma” y si no hay lugar para estrellas invitadas al borde de la extinción no importa. Casi mejor. Me quedo abajo con vasca, agitando la mediana y meneado las curvaturas del círculo: Y en este lado reina la calma  Yo siempre voy donde va mi alma Como tantas cosas de la vida fueron los hijos los que os trajeron a casa sin permiso cuando se os aparecía en sueños el Jeros, el del medio de los Chichos y desde entonces no he dejado de compartir con vosotros canciones, escenarios, cervezas y risas, tantas como para decir que somos colegas muy colegas. Confieso que presumo de vosotros. Sois un orgullo para el oficio y la amistad. Hijos de Cornellá y Extremadura, me gustan vuestros principios, (en este caso podríamos decir  prin-chichos): la rumba, el rock and roll, una “sólida intuición” y el juego limpio aderezados a la mode de rumberos payos de un cinturón que no hace mucho fue rojo. Son ya quince años que Estopa cabalga los caminos de la música de la mano de éxito y no habéis perdido la espontaneidad y la capacidad de asombro. Trasparentes, sencillos, alegres, viviendo con lo puesto, ahora nos lleváis rumbo y rumba a lo desconocido, aunque entre nosotros a mi no me la pegáis. Sabéis perfectamente donde va el camino. A medida que los cortes avanzan se afirma la rumbita. La de siempre. La de la terraza del bareto del barrio donde las estrellas bailan en el cielo y espuman la boca, donde la guitarra se pone melosa, la luna mueve el culo entre ropa tendida y los gatos dan palmas en los tejados. No todo vale pero hay que caminar por todo para dar con algo. Se os quiere. Joan Manuel Serrat