UN PUÑETAZO LEGENDARIO A GARCÍA MÁRQUEZ

El pacto de Mario y Gabo

Vargas Llosa reitera su negativa a revelar el origen de la pelea

Gabo, amoratado.

Gabo, amoratado.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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Fue el pasado lunes en el programaEntrevistas a la carta que conduce Julia Otero en TVE. Un entrevistado de lujo para la ocasión, Mario Vargas Llosa, amable, preciso y distendido como suele mostrarse. En un determinado momento, la popular Lucía Etxebarría le formula cándidamente y con muy poca documentación por su parte el que es sin duda el mayor cotilleo delboom: si es cierto o simple leyenda urbana que se produjo una pelea a puñetazos en público entre Vargas Llosa y García Márquez. El hecho ocurrió realmente el 12 febrero de 1976 durante un estreno cinematográfico en México D.F. La pruebapericialde aquel suceso fue la publicación en el diario mexicanoLa Jornadade una fotografía tomada dos días más tarde que mostraba a García Márquez con el ojo a la funerala certificando así el legendario puñetazo. Porque solo hubo uno y lo propinó Vargas Llosa.

Desde entonces y acrecentado el morbo gracias al prestigio del Premio Nobel, ahora en poder de ambos, Vargas Llosa no ha dejado de colocar su bien engrasada respuesta estándar: que existe un pacto de silencio entre ambos autores y que van a dejar esa materia a los biógrafos. «Me lo han preguntado mil veces y siempre he respondido de la misma manera». Es el riesgo que tienen las entrevistas, Vargas Llosa las concede con generosidad y no pierde la sonrisa ni la compostura frente a la pregunta del millón. García Márquez apenas las concede y en alguna ocasión que se ha visto obligado a responder ha sido su mujer, tajante e intervencionista, quien ha asegurado que no quieren saber nada de Vargas Llosa.

¿Qué ocurrió?Cherchez la femme.Vargas Llosa tuvo en su juventud una bien merecida fama de conquistador, así que supuestamente Gabo se atrevió a darle consejos, ¿y algo más?, a Patricia, esposa de Vargas Llosa, en la más sonada crisis matrimonial de la pareja. Cuando se restableció la calma, elnobelperuano no perdonó a su viejo amigo latraición. Y le atizó.