Paco León: «'Carmina' es una película, mi madre es otra»

Paco León, junto a su madre, Carmina, y su hermana, María, ayer en Málaga.

Paco León, junto a su madre, Carmina, y su hermana, María, ayer en Málaga.

OLGA PEREDA / Málaga

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La familia León Barrios es, según definición propia, «cabeza, corazón y coño». La cabeza es Paco. El corazón, su hermana María. Y el coño, la madre de ambos: Carmina. El clan volvió ayer al Festival de Málaga, donde hace dos años descolocaron al personal con Carmina o revienta, falso documental sobre Carmina Barrios, toda una madre-coraje, una fuerza de la naturaleza que nunca antes se había puesto delante de una cámara. Tras aquel experimento, Paco León vuelve ahora a dirigir a su madre y a su hermana en la segunda (y mejor) parte, Carmina y amén. Más oscura y madura, la película empieza con la muerte del patriarca, fallecimiento que hay que ocultar unos días para así poder cobrar una paga extra. El 30 de abril se estrena en salas tras entrar, seguro, en el palmarés de Málaga.

-¿Es cierto que le han tentado de Cannes?

-En absoluto. De tentar a tantear hay alguna letra que cambia mucho la cosa. Es verdad que desde varias secciones del festival preguntaron qué circuito iba a tener la película porque les gusta. Pero no es que me hayan ofrecido estrenarla en Cannes y yo haya preferido Málaga. Parecería tonto, ¿no? Eso sí, tengo una fidelidad lógica con este festival porque no se me ocurre otro sitio donde Carmina tenga mejor acogida. Y que conste que todavía tengo esperanzas de ir a Cannes.

-Se ha puesto más serio en esta segunda parte.

-Quería ser más ambicioso y hablar de la muerte sin frivolizar, darle el valor que tiene y mezclarlo con la comedia. En la vida no hay géneros, se combinan con fluidez la comedia y el drama. ¿A quién no le ha dado la risa floja en un velatorio?

-¿Cómo ha notado a su madre?

-Torerísima, ha vuelto a sorprenderme. Hemos rodado en cuatro semanas, que ya es casi ritmo de televisión. Y ha sido un paseo para ella. Y eso que en esta parte hay más ficción y era más complicado.

-¿Se siente ya un director?

-Sí, pero me resulta curioso que a la gente le parezca algo importante ser director de cine. Suena como que has llegado a algún sitio. Y me parece muchísimo más difícil ser un buen payaso. Desgraciadamente, director de cine lo es cualquiera, a la vista está. Payasos buenos hay muy pocos.

-En Aída usted explota su vena cómica. Lleva 10 años en la serie, que ya toca a su fin. ¿Está deseando vivir sin Luisma?

-Aída ya tiene fecha para su fin, sí. Aunque merece la pena este último esfuerzo y disfrutar esta prórroga. Me aburro muy pronto de todo y he hecho muchas actividades extraescolares en mis vacaciones: películas, teatro... Pero estoy deseando comprobar que hay vida sin Luisma. Tengo muchos planes. Y también sé que ha sido el mejor personaje que voy a tener nunca, con esa audiencia y ese sueldo. Eso solo ocurre una vez en la vida.

-A pesar de que ese personaje le ha hecho tan popular que no puede tomarse hoy un café en cualquier bar de Málaga. 

-No puedo, efectivamente. Y eso que me esfuerzo mucho por no llevar vida de famoso. Eso de recluirte y cambiar de hábitos no me gusta. Intento ir a Ikea un sábado por la tarde, que es horrible para cualquier persona y para mí un poquito más. También hago la compra y, si voy con gente, hasta me atrevo a ir en metro. Pero solo no. Recuerdo la última vez en Barcelona. Me agobié mucho.

-Si Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset, le ofreciera una serie sobre Carmina, ¿qué le diría?

-Que no. No pega. Es un material familiar muy delicado, solo me atrevo a manipularlo yo. Siempre he tenido mucho cuidado de proteger a mi madre en lo mediático, de no convertir a Carmina Barrios en un personaje. Carmina es una película, mi madre es otra. Conozco los riesgos de la exposición mediática. Yo hice un trato con Paolo, que es italiano y, claro, qué va a decir de la madre (risas). Me dio su palabra.

-Telecinco Cinema está en la producción de Carmina y amén. Entiendo que son ellos los que le han obligado a no realizar un estreno simultáneo en internet y en salas como ocurrió con Carmina o revienta

-No, no. No se trata de que antes hiciera lo que me diera la gana y ahora no, esa es una lectura fácil. Telecinco sabía mis condiciones cuando se metió en el proyecto, y una de ellas era encontrar un modelo de exhibición original. Ya estaban alerta. No soy tonto y sé que cada película tiene que tener su modelo de distribución, principalmente atendiendo al presupuesto. El cine tiene que ser industria y debes poder recuperar el dinero que inviertes. Telecinco es bastante cómplice en eso. No es que yo sea el mesías de nada, el único objetivo es que la película la vea la mayor cantidad de gente posible. Y si es en el cine, mejor. Yo apuesto por profesionalizarse. Está muy bien hacer filmes de 100.000 euros pidiendo favores, pero lo suyo es que todo el mundo cobre y se gane dinero.

-En la primera parte, su hermana y su madre cobraron mucho tiempo después del estreno.

-En Carmina y amén ya han cobrado. Los pagos están al día (risas).

-Vaya guiño que el pájaro enjaulado que aparece en la película se llame Bárcenas.

-Fue una idea genial de mi madre. Una gran metáfora.