LOS PREMIOS DE LA ACADEMIA de Hollywood

Paco Delgado y el sueño del Oscar

El canario opta por el vestuario de 'Los miserables'

Paco Delgado, en Beverly Hills, el pasado martes.

Paco Delgado, en Beverly Hills, el pasado martes.

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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Otros pueden ser cínicos. Normalmente acostumbran a serlo quienes nunca han llegado tan lejos como Paco Delgado. Y el canario, único español nominado para los Oscar de este año por el vestuario que creó para Los miserables, prefiere rendirse y entregarse a la poderosa y efectiva magia de Hollywood.

Con todo listo para asistir a la gala de mañana en el teatro Dolby de Los Ángeles -incluidos su pareja, Bernardo, y un traje de una firma extranjera que fue más avispada y rápida que los diseñadores españoles-, el canario reconocía ayer que se deja arrastrar. Y aunque considera Anna Karenina su principal rival y favorita en ese quinteto del que también forman parte Lincoln, Blancanieves y la leyenda del cazador y Blancanieves (Mirror, mirror) (cuya diseñadora de vestuario, Eiko Ishioka, falleció el año pasado), se ha acostumbrado a verse segundo en las quinielas.

Suficiente para que mantenga la ilusión en la fábrica de sueños, para que de su boca salga un «puede ser», para que hable de un hipotético discurso de victoria que no ha preparado porque los organizadores sugieren improvisación con el fin de dar más emoción y él ha decidido seguir las instrucciones.

«Todo lo que ocurre en esta ciudad es increíble», decía ayer en un encuentro con la prensa española e hispana Delgado, premiado en los Goya precisamente por su vestuario para otra Blancanieves (la de Pablo Berger) y que de ganar el Oscar sería el segundo español en lograrlo en la categoría después de que lo hiciera Antonio Castillo por Nicolás y Alejandra en 1972. «La gente de esta industria sabe cuál es el lugar del cine: entre los sueños de la gente. Y al final te lo terminas creyendo».

DESDE LANZAROTE / Fascinado, se ve como «un pobre personaje de una isla pequeña, Lanzarote, de repente aquí, en los Oscar». Ve cercano algo que siempre había visto «como muy lejano, como que solo le podía pasar a Jack Nicholson». Se «derrite», confiesa, cuando le dicen cosas como que forma ya parte de la historia del cine gracias a un trabajo para el que se empeñó en contratarle el director Tom Hopper, que descubrió los talentos de este diseñador habitual de Álex de la Iglesia y Pedro Almodóvar al rodar un anuncio de ron.

Delgado tiene tiempo, además, para analizar y digerir diferencias entre esta meca del cine y una industria mucho más pequeña y, sobre todo distinta, como la española. «En España y Europa se tiene la imagen de que el cine es cultura. Aquí también, pero saben que es entretenimiento al mismo tiempo. Y eso es lo importante: entretener. Hay que rodear de glamur todo esto».

Es algo que aporta, sin duda, el otro toque español en la lista de nominados, aunque sea vía una actriz nacida en Reino Unido y criada en Australia como Naomi Watts. Su trabajo a las órdenes del barcelonés J. A. Bayona en Lo imposible encarnando al personaje inspirado en María Belón le ha granjeado su segunda nominación como actriz protagonista tras la que logró por 21 gramos.

Ella no está tan bien situada en las quinielas como Delgado, especialmente ante los trabajos de la veterana Emmanuelle Riva en Amor (el «favorito» este año de la propia Watts ), el de Jennifer Lawrence en El lado bueno de las cosas y el de Jessica Chastain en La hora más oscura; o incluso ante la ternura que despierta la pequeña protagonista de Bestias del sur salvaje, Quvenzhané Wallis. Pero aunque sea sin el oro del Oscar, Watts se declara orgullosa de la película. «Al principio no estaba segura, pero Bayona me convenció», recordó ayer en Los Ángeles.