'Los disparos' de Outumuro

"No soy Diane Arbus. No me gusta incordiar al fotografiado y enfadarlo para que salga su peor cara, prefiero que salga su mejor cara", afirma el fotógrafo Manuel Outumuro (Ourense, 1949). Y lo consigue. Ahí están para confirmarlo las fantásticas imágenes que expone en 'BCN retrats', hasta el 26 de febrero en el Palau Robert. Ochenta retratos de otros tantos vecinos de Barcelona. Todos realizados para publicar en revistas y diarios. "Mi obra personal se basa en los encargos", apunta. Todos, personajes conocidos. Y todos ejecutados sin la idea de ser expuestos, pero verlos ahora colgados de las paredes le hace "feliz". Es la segunda exposición que este diseñador gráfico reciclado, a los 40 años, a fotógrafo, uno de los grandes, realiza en Barcelona. De la primera hace cinco años, 'Looks', y tenía la moda como tema.

La de ahora va de retratos. "Tengo más de 500 así que tuvimos que buscar un argumento", explica, y este fue el de seleccionar "personajes de la ciudad o vinculados a la ciudad". Son muchos los que miran a la cámara de Outumuro. Hay actores, como Quim Gutiérrez emulando a 'El dios Marte' de Velázquez o Carme Elías caracterizada de Diana Vreeland, la editora de publicaciones como 'Vogue' o 'Harpeers Bazaar' a la que la actriz dio vida en 'Al galope'. "Das por descontado que a los actores les gustará la cámara, pues no. No les gusta que les hagan fotos sino ser un personaje e interpretar un guion", explica Outumuro. Hay imágenes con mucha menos puesta en escena o directamente sin puesta en escena, como la de Rosa Regàs. "Me gusta porque es la más pura. No hay ni estilismo ni maquillaje. Simplemente me dijo: '¿Tengo que sonreír?'. Y ya está, le hice la foto". Algo parecido pasó con Sílvia Pérez Cruz, que aunque parezca una pintura de Zurbarán, es ella tal cual: "Me gustó la ropa que llevaba".

ADRIÀ, PERSONAJE PICASSIANO

A veces Outumuro necesita tiempo antes de hacer la fotografía: "La cámara es una arma que dispara. Cuando llega alguien que no conoces no puedes empezar a dispararle a saco, antes tienes que crear el ambiente propicio para conseguir la generosidad del fotografiado", sostiene. Otras veces la fotografía lleva tiempo en su cabeza. Le pasó con Ferran Adrià a quien el artista siempre ha visto como un personaje picassiano. Outumuro le tenía preparada una camiseta a rayas como las que usaba el genio, pero Adrià quería salir de negro, como siempre viste. La solución fue fácil: "Le dije en esta fotografía eres Picasso y me respondió: 'Si soy Picasso entonces me la pongo", recuerda el creador.

Es la segunda vez que ve su trabajo en conjunto -"Normalmente hago el encargo y lo entrego"-, lo que le permite reflexionar sobre su obra. ¿Qué concluye? "Que soy muy yo. No me paso de experimentos, no quiero ser un fotógrafo rompedor, ni un fotógrafo del momento robado. Soy de las dos o tres horas robadas. Necesito tiempo". Y eso se transmite en sus imágenes reposadas y elegantes, como él.