Oscuridad en clave pop

PLACEBO INTERPRETA ESTA NOCHE EN CAP ROIG su último álbum, 'Loud like love', que el bajista de la banda, Stefan Olsdal, considera su disco más «vulnerable» hasta ahora

De izquierda a derecha, Brian Molko, Steve Forrest y Stefan Olsdal, integrantes de Placebo.

De izquierda a derecha, Brian Molko, Steve Forrest y Stefan Olsdal, integrantes de Placebo.

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

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Si hay algo que define a Placebo y que ha reunido a su alrededor a muchos adolescentes introspectivos, es su absoluta pasión por el lado oscuro de las cosas. Sus canciones se revuelcan en temáticas turbulentas como la adicción a las drogas, la angustia existencial, el mal de amores, las relaciones tóxicas… Pocos cachorros de perro o cupcakes a la vista. Y el repertorio de Loud like love, que la banda presenta hoy en el Festival de Cap Roig, no es una excepción: manda la oscuridad, las ventanas cerradas.

«En realidad, creo que eso es lo que nos unió al principio, más allá de un estilo musical», explica el bajista Stefan Olsdal a través del teléfono. «Cuando empezamos no encajábamos del todo en una tendencia de sonido única y clara. Mis influencias iban de Depeche Mode a Sonic Youth, entre muchas otras cosas. A Brian [Molko, cantante] le gustaba PJ Harvey».

Más contenido

Loud like love es algo menos bombástico, más contenido de lo habitual. Casi la otra cara de Battle for the sun (2009), su primer disco con el nuevo batería Steve Forrest, que sustituyó a Steve Hewitt en el 2008. «Somos un grupo que actúa por reacción a lo anterior. Y si el disco lanzado justo antes era guitarrero, arisco, ahora nos tocaba hacer algo… menos enfadado. Para mí es el disco en el que nos hemos mostrado desde un lugar más vulnerable».

De la canción Hold on to me han llegado a grabar una versión acústica de piano. ¿Se ven grabando todo un disco en esta línea? «Cuando haces eso tienes el peligro de perder identidad. Alguna vez hacemos sesiones acústicas y cosas así, pero yo tengo claro que la energía es parte del grupo. Ahora mismo, el directo es lo más tenso que ha sido nunca».

Entre las letras, ansiedades de penúltima generación como las redes sociales. Too many friends es una crítica poco encubierta a Facebook, Twitter y derivados. «Yo no participo en las redes», afirma Olsdal con rotundidad. «Hay un Stefan Olsdal en Facebook pero es un impostor. Nunca he tenido Facebook. Cada vez más y más de mis amigos se están desconectando de esta clase de cosas, porque empiezan a advertir el lado oscuro; como los trolls. Por supuesto, internet es una gran herramienta, pero tengo miedo a postear cualquier cosa online. Queda ahí para siempre».

Por último, una duda: ¿hay alguna explicación para las pasiones que despiertan, particularmente, en España? «A menudo nos lo preguntan y no sé qué decir. La música es universal; un lenguaje internacional. Muy al principio, cuando debutamos en la sala El Sol en Madrid, hace 20 años, ya tuvimos una gran recepción. El público era generoso. ¡Pero se me escapan los motivos!».