Orson Scott Card «La guerra es un asunto de elecciones terribles»

Entrevista con el autor de 'El juego de Ender', un clásico de la ciencia ficción que llega al cine

Orson Scott Card.

Orson Scott Card.

ERNEST ALÓS / Barcelona

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Desde su publicación en 1985, El juego de Ender, de Orson Scott Card, se ha convertido en un clásico de la ciencia ficción contemporánea. El 8 de noviembre llegará a las pantallas, una semana más tarde que en EEUU, la adaptación cinematográfica de la novela, con Harrison Ford, Ben Kingsley y Asa Butterfield en los principales papeles. Una ocasión que Ediciones B ha aprovechado para relanzar la novela; el autor de la cual, por cierto, ha quedado al margen de la promoción de la película, después de que las opiniones contrarias al matrimonio homosexual de este devoto mormón amenazaran con provocar un boicot.

Orson Scott Card (Richland, Washington, 1956), sin embargo, ha respondido por correo electrónico a un cuestionario sobre su novela. Eso sí, ha declinado contestar a las preguntas sobre las acusaciones de homofobia y sus polémicas opiniones acerca de la política norteamericana y el presidente Obama, así como a algunos detalles sobre el guion de la adaptación cinematográfica y la posibilidad de que inicie una serie. Así que hablamos (no sin tensión, incluso por e-mail) de Ender, el niño prodigio reclutado y entrenado en la ingrávida Sala de Batalla para repeler la tercera invasión de la Tierra de una raza de insectos alienígenas. Ender aprende a exterminar a sus oponentes para derrotarlos. Pero al mismo tiempo, siente remordimientos, algo que le llevará a tomar en las siguientes y más líricas novelas de esta larguísima saga decisiones muy diferentes.

-¿Entiende usted que, aun así, siga recibiendo críticas acusándolo de apología de la violencia?

-No soy responsable de los errores de lectura, especialmente de las malas interpretaciones deliberadas.

-En 'El juego de Ender' los comandantes aprenden a enviar a sus hombres a morir como si fueran fichas de un tablero. Y el libro ha sido una lectura recomendada en academias militares. ¿Cómo se siente al respecto? ¿O cree que, al contrario, da un enfoque humano al mando?

-No creo que los comandantes aprendan nada de eso en El juego de Ender. Cuando mi libro es usado en el Ejército es porque enseña justo lo contrario: que un buen comandante conoce a sus soldados, sus fortalezas y debilidades, y nunca los pone en riesgo, salvo que haya una posibilidad razonable de lograr metas que valgan la pena sin riesgos irrazonables de muerte o lesiones. Así es como se comporta Ender, e incluso los comandantes de ficción que entrenan y utilizan a Ender lo hacen porque ahorran soldados y logran el objetivo general, destruir la capacidad del enemigo para matar a más seres humanos. La guerra es un asunto de elecciones terribles. Ningún comandante puede eliminar el riesgo de las pérdidas, excepto rindiéndose.

-¿Es, en el fondo, cualquier tipo de entrenamiento militar o policial, similar al de Ender?

-Debería precisar a qué aspecto de la educación de Ender se refiere. No creo que nadie utilice la Sala de Batalla, porque nadie se está entrenando para la guerra en el espacio. Ni tampoco hay ninguna organización militar hoy en día que esté formando a gente con la misma urgencia a la que están obligados Ender y sus compañeros. Pero hay situaciones de emergencia en el pasado donde sí se llegó a esta intensidad: la formación de pilotos de la RAF durante la Batalla de Inglaterra, la formación de oficiales para reemplazar a los tenientes cuyo porcentaje de bajas era atroz durante la guerra de Vietnam...

-El libro se plantea la cuestión de los abusos dentro de la familia y en la escuela. ¿Mejor no reaccionar violentamente como Ender, no?

-El libro cuenta la historia de Ender Wiggin, un niño muy inusual en circunstancias extraordinarias. Si usted puede encontrar a alguien que viva en circunstancias idénticas a Ender, podremos decidir si debe tomar las decisiones que toma Ender.

-¿Cómo influyen sus creencias religiosas en su carrera de escritor?

-He mantenido deliberadamente las doctrinas y creencias mormonas fuera de mi ciencia ficción y fantasía. Incluso mis novelas históricas que tienen que ver con figuras de la Biblia o de la historia o las escrituras de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días mantienen estas doctrinas al margen, utilizando solo los elementos narrativos. Mi religión es algo demasiado serio como para hablar de ella en el contexto de historias diseñadas para entretener.

-En 'El juego de Ender', cuando aparece el dispositivo del 'ansible', se dice que cuando se inventó se tomó el nombre de un «libro viejo». Un homenaje a Ursula K. LeGuinn, la primera que utilizó este término, supongo. ¿Hay otros escritores de ciencia ficción con los que usted se sienta en deuda o que le hayan influido?

-Hay demasiados para contarlos. Todos utilizamos la caja de herramientas creada por otros escritores, y no solo de ciencia ficción. Mi deuda es con Chaucer, Cervantes y Austen, con Defoe, Shakespeare y Twain, tanto como con Bradbury, Asimov y Heinlein.

-En este momento está publicando una serie de precuelas de 'El juego de Ender', iniciada en España por 'La Tierra desprevenida'. ¿Va a terminar como una trilogía o habrá más títulos?

-Los tres primeros libros tratan de la Primera Guerra Fórmica -derrotar la nave exploradora que intenta iniciar la colonización de la Tierra-. La segunda trilogía se ocupará de la Segunda Guerra Fórmica, la invasión masiva que se lleva a cabo sobre todo en el espacio o los asteroides, y que culmina con la victoria de Mazer Rackham, el golpe de suerte (junto con muchos otros incidentes no recogidos en El juego de Ender).

-Se ha dicho que 'El juego de Ender' fue un precursor de Harry Potter. ¿Qué piensa al respecto?

-Las similitudes entre Harry Potter y El juego de Ender son evidentes: un niño de gran talento es apartado bruscamente de su familia problemática y llevado a una escuela especial donde de inmediato destaca en el juego que domina la vida escolar. No sé si Rowling leyó El juego de Ender, pero no importa. Las ideas pueden ser tomadas en préstamo libremente, conscientemente o no, y el éxito de Harry Potter viene de la escritura de Rowling, de su historia. ¡Por lo menos, nadie puede acusarme de imitar a Harry Potter, ya que mi libro y el cuento que lo precedió estaban primero!

-Cuando escribió 'El juego de Ender' la URSS aún existía, y el Pacto de Varsovia aparece en la historia. ¿Esas referencias se mantienen en la adaptación cinematográfica?

-Dudo de que haya alguna razón para hablar del Pacto de Varsovia en la película. En historias posteriores en el universo del juego de Ender aparece el 'nuevo pacto de Varsovia'. Es interesante ver a Putin intentando montar de nuevo el viejo imperio, ¿verdad?

-Por cierto, ¡qué diferencia entre el obeso coronel Graff y el actor que interpreta a este personaje, Harrison Ford!

-Los problemas de peso de Graff no son una parte esencial de su actuación en la historia. Harrison Ford es un excelente actor y me parece una excelente elección para el papel.