«El objetivo del arte es evitar la barbarie»

NANDO
SALVÀ

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Hace dos años dejó al mundo boquiabierto con The act of killing, uno de los documentales más originales e impactantes que se recuerdan. En él, Joshua Oppenheimer recordaba el genocidio ocurrido en Indonesia en 1965 -un millón de comunistas e intelectuales asesinados- desde la perspectiva de los verdugos, todavía hoy en el poder. Oppenheimer presentó ayer a concurso en la Mostra de Venecia The look of silence, obra menos violenta pero igualmente demoledora que funciona como la otra cara de la moneda: en ella Oppenheimer acompaña a las víctimas de aquella masacre mientras se enfrentan a los perpetradores.

SEnDThe look of silence posee un ritmo más pausado que The act of killing. ¿A qué responde el cambio de estrategia narrativa?

-Quise un ritmo lírico que me permitiera contemplar el silencio. Quise implicar al espectador en ese aterrador silencio en el que las víctimas y sus familias han sido obligadas a vivir por parte de sus verdugos, que siguen en el poder. Y quise crear una pausa en memoria de todas las vidas destruidas por la muerte y el miedo: mirar al silencio que sigue a la atrocidad especialmente cuando no hay justicia.

-El protagonista de la película, Adi, es amenazado varias veces en el transcurso de la película por representantes del poder. ¿Sintieron peligro durante el rodaje?

-Sí. El equipo de la película permanece en el anonimato como medida de protección. Sus vidas corren mucho peligro si su identidad se hace pública. Y Adi se ha tenido que mudar con su familia a miles de millas de distancia de su hogar. Nos hemos ocupado de que tengan una nueva vida y nuevas oportunidades lejos de los verdugos. Todo ello prueba que en realidad las cosas apenas han cambiado demasiado en Indonesia en casi 50 años.

-¿Qué reacción espera que la película provoque en Indonesia?

-Espero que ayude a profundizar el debate que abrió The act of killing, que fue proyectada miles de veces en toda Indonesia. Y luego la pusimos a disposición del público indonesio en internet a través de la posibilidad de descarga gratuita. Tuvo millones de descargas. En última instancia, la película provocó un cambio de discurso por parte del Gobierno indonesio.

-¿En qué sentido?

-Cuando The act of killing fue nominada al Oscar, emitieron un comunicado en el que más o menos decían: «Sabemos que lo ocurrido en 1965 estuvo mal, que fue un crimen contra la humanidad, pero hablaremos de la verdad y la reconciliación a su debido tiempo, no ahora». Es decir, se negaron a afrontar la verdad pero fue un avance, porque durante décadas se habían estado vanagloriando de lo ocurrido.

-Señor Oppenheimer, ¿qué le impulsa a usar su cine como arma política?

-Provengo de una familia que perdió a mucha gente en el Holocausto, y me educaron para pensar que el objetivo de la política, y el del arte, es intentar que esa barbarie no suceda nunca más, y a pesar de ello sigue pasando. Y para mí «nunca más» no significa solo «para nosotros» sino «a nadie».

-¿Cree que Indonesia logrará curar sus heridas en un futuro próximo?

-Uno no puede ser optimista y a la vez hacer las películas que yo hago. Pero también creo que uno no puede ser pesimista y hacer las películas que yo hago, porque las hago con la esperanza de que van a marcar una diferencia. Sí, creo que Indonesia es capaz de reescribir su historia.