estreno en gràcia de un exigente monólogo de shakespeare

Núria Espert vuelve al Lliure tras 20 años

La ilustre actriz presenta 'La violación de Lucrecia'

Núria Espert, en una imagen del pasado año.

Núria Espert, en una imagen del pasado año.

JOSÉ CARLOS SORRIBES
BARCELONA

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Nostalgia es un término que Lluís Pasqual ha querido desterrar, sin conseguirlo del todo, desde que se hizo cargo este verano de la dirección del histórico escenario que contribuyó a fundar hace más de tres décadas. «El teatro no se la puede permitir», sentenció en el Lliure, el suyo, el de Gràcia. Ayer a mediodía resultaba inevitable esa mirada atrás. Estaba sentado en la que era su primera rueda de prensa en la calle de Montseny junto a una actriz a la que está muy unido y que no fundó el Lliure, pero casi: Núria Espert.

Después de su estreno en el pasado Temporada Alta y unos cien bolos, la ilustre intérprete presenta, desde mañana hasta el día 23, en el Lliure de GràciaLa violación de Lucrecia,el poema iniciático de Shakespeare en el que se multiplica intepretando cinco personajes.

Espert pidió al productor Juanjo Seoane un director joven para el exigente monólogo y el elegido fue Miguel del Arco, responsable de la premiadaLa función por hacer. Del Arco decidió abrir la pieza con la actriz ensayando, no sin dificultades, los primeros versos. Inmediatamente pasa a la interpretación de la malvada acción de Tarquino, que viola a la mujer de su mejor amigo, Colatino. «La palabra alienta sus transformaciones», apuntó ayer Del Arco. El acto provocará el fin de la monarquía y la llegada de la república en Roma.

RIZOS DE ÁNGEL / «No soy nada nostálgica, pero he entrado aquí y me he acordado deLeonci i Lena. Vine con Terenci Moix quien me había hablado de un director joven. Salió Fabià y luego Lluís, con sus rizos de ángel», recordaba ayer la actriz en otro momento de nostalgia arrebatadora. «Me siento como si hubiera formado parte del Lliure», insistió Espert, pese a que en su vasta carrera solo trabajó en 1990 en su escenario con el monólogo deMaquillaje. Así Espert comparó la importancia que tuvo con la del antiguo Piccolo de Milán. «Son dos joyas del teatro europeo».

Miguel del Arco también se apuntó al turno de elogios a la trayectoria del Lliure al recordar que en sus días de estudiante de arte dramático en Madrid vino a Barcelona para verLes noces de Figaro. «Me gustó tanto que me apunté a un curso de catalán; me dieron el libro delDigui, digui. Era el teatro que yo quería hacer».

De alguna manera lo ha acabado cumpliendo ya que Espert recordó que es una «función muy adecuada» para el escenario de Gràcia. En ella fluye «la palabra enajenada», según Del Arco, a partir de la historia de una mujer maltratada. «Habitualmente no tengo muy claro qué quiero hacer. Pero esta vez, sí. Quiza por la sensibilización hacia la violencia machista», sentenció la actriz.