Cambios en la red de equipamientos culturales

Cultura da una sacudida al mapa catalán de museos

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Natàlia Farré / Barcelona

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Una de las últimas cosas que hizo Ferran Mascarell antes de acabar su mandato, en septiembre del 2015, y abandonar la Conselleria de Cultura fue dejar su Pla de Museus sobre la mesa de la Junta de Museus para que fuera debatido y, si se daba el caso, aprobado por el 'conseller' entrante. Pero tuvo a bien indicar que no era "un documento final" y por lo tanto podía "modificarse todo". Y eso es justo lo que han hecho los dos 'consellers' que le han seguido en el cargo, primero Santi Vila y ahora Lluís Puig. El nuevo Pla de Museus presentado este viernes poco o nada tiene que ver con su precedente.

De entrada, elimina la organización del sistema museístico del país a partir de cuatro ejes con cuatro centros de cabecera; descarta la creación de los museos previstos de arquitectura, fotografía y cómic, y niega la cualidad de nacional al Macba. Además de retirar del plan a la Xarxa d’Arts Visuals. Todo ello con el consenso y aprobación de una amplia parte del sector: más de 200 profesionales y el 80% de los museos del país han participado en el proceso de elaboración, además del Conca, la Junta de Museus y otras instituciones como el Ayuntamiento de Barcelona.

Una visión descentralizada

Con todo, Puig afirma que el proyecto que ahora se presenta "es la recopilación y superposición de capas de los documentos anteriores", pero, eso sí, "es más ambicioso en la cantidad y profundidad de las estrategias". El resultado será una "radical transformación de la arquitectura institucional" de los museos que obligará a "cambios legislativos" y que tiene más en cuenta al territorio que su predecesor: "Es el Pla de Museus de Catalunya, no el Pla de Museus de Barcelona".

Ello significa una visión "profundamente descentralizada" y "menos piramidal" del escenario. Por eso los ejes de Mascarell se han sustituido por redes territoriales (seis: Tarragona y Terres de l’Ebre, Lleida y Aran, Catalunya Central y Garraf, Girona, Regió Metropolitana de Barcelona y Barcelona) y redes temáticas (también seis: arqueología, historia, arte, ciencias naturales, etnología y técnica). Estas últimas, a diferencia de los ejes del anterior plan, no tendrán un museo de cabecera, sino "de referencia", un cambio sutil pero que sugiere que no habrá un museo que dirija al resto sino que habrá un 'primus inter pares'.

Primeros entre iguales lo serán el MNAC y el Museu de la Ciència i la Tècnica, ambos con la categoría de nacional ya adquirida, y dos museos nacionales de nueva creación: El Museu de Ciències Naturals de Catalunya, que se creará a partir del de Ciències Naturals de Barcelona, y el Museu Nacional d’Història de Catalunya, que saldrá de la suma de los actuales de Historia y Arqueología y será referencia de tres redes: la de historia, la de arqueología y la de etnología.

Y en este apartado, el de los museos nacionales, llega una de las primeras sorpresas: dos de ellos tendrán nuevas sedes en Montjuïc. El Nacional d’Història se ubicará en el pabellón Alfonso XIII y el MNAC, que ya está en Montjuïc, crecerá ocupando el pabellón Victoria Eugenia. El hecho de que este verano el Ayuntamiento presentara un plan para que el último espacio acogiera grandes exposiciones internacionales no supone un obstáculo para Puig, que se muestra convencido de que eso no será un motivo de enfrentamiento con el consistorio. Con la operación se conseguirá el crecimiento natural del MNAC y tener dos equipamientos importantes y complementarios juntos, además de revalorizar patrimonialmente, culturalmente y urbanísticamente una zona simbólica de la exposición del 29. Algo que ya buscaba el fallido, por caro, proyecto de la Esplanada dels Museus.

Arquitectura, cómic, fotografía

El Macba no será museo nacional como estaba previsto porque "no es su vocación", pero sí tendrá la marca Museo de Catalunya, que junto a la de Nacionals y Equipaments Patrimonials serán las tres únicas categorías de museo; el resto (comarcales, rurales, de interpretación...)  desaparecerán, pero antes habrá que cambiar la ley de museos de 1990. Muy diferente es el caso de tres museos que tenían que nacer pero no tendrán categoría porque quedarán fuera del plan: son el de arquitectura, que se quedará en centro igual que el del cómic, y el de fotografía, que no será ni lo uno ni lo otro.

De momento, el Centre d’Arts Santa Mònica sufrirá su enésima transformación al convertirse el 1 de enero en centro de arquitectura. No lo hará de golpe, ya que mantendrá la programación artística propuesta por su actual director, Jaume Reus -en el cargo hasta final de año-, mezclada con la nueva actividad. Será un centro y no un museo porque así lo reclama el sector, que lo que necesita no son colecciones, que ya existen, sino visualización internacional desde un punto de vista comercial. Y estará en la Rambla porque no hay nada más céntrico. Pero esto no supone el abandono de las artes visuales por parte de la Conselleria, que invertirá en Fabra i Coats.

El abandono del museo del cómic tiene una justificación más económica. "No podemos plantear hacer nuevos museos cuando tenemos los actuales a 39 de fiebre". Así que no se olvida al sector, pero se trabaja, con el Ayuntamiento de Badalona, en otras direcciones, como un espacio en el que los fondos de exposición vengan de la Biblioteca de Catalunya y en el que la industria tenga un papel importante. Y como la fotografía ya funciona, mejor no tocarla. El Pla Nacional está en marcha y tiene equipamientos de referencia tanto en Barcelona como en Reus y Girona, así que un estudio encargado a Marta Gili, directora del Jeu de Paume de París, aconseja pensar bien si es necesario crear un nuevo museo. Algo que en "un escenario de crecimiento de forma prudente y realista, no es la prioridad". Y que Jusèp Boya, director de la Agència Catalana del Patrimoni Cultural, resume en: "El espíritu de este plan no es café para todos".