LA CITA CIUDADANA

De punks, arpas y toblerones

Un paseo por la Nit dels Museus, que en esta edición ha convocado a más de 190.000 personas

ELENA HEVIA / BARCELONA

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La Nit dels Museus empieza pronto, cuando todavía no ha caído el sol. Es una cita, impulsada por la Unesco en la que colaboran 130 países, que renueva su éxito desde hace 9 ediciones y se ha convertido en un ritual ciudadano, una especie de celebración de la primavera cultural en la que los barceloneses se atreven a bajar a la arena copada por los turistas, sortearlos y visitar unos espacios a los que, quizá, el resto del año no han hecho mucho caso. La cifra de visitantes ha ascendido este año a 190.000 personas y el espacio que se lleva la palma entre los 83 museos  de Barcelona y el área metropolitana adscritos a la iniciativa es el Born CCM, con más de 11.000 visitantes.  

En realidad, no se trata exactamente de ver esa noche una exposición, que también. En algunos lugares como el Museu Nacional d’ Art de Catalunya (MNAC) o el Macba, con más de 10.000 visitantes cada uno, apreciar lo expuesto es casi imposible por la afluencia. Sino de tener una experiencia especial, descubrir algunos espacios desconocidos y perderle el miedo (esa es la clave) a eso de entrar en un museo. La Nit dels Museus es a las exposiciones lo que Sant Jordi al libro, apreturas incluidas, la mayoría de los que están no suelen ser los fieles pero hacerlo una vez al año supone un curioso paseo.

La programación daba la oportunidad de organizarse un trayecto insólito. Se podía empezar, por ejemplo, en la plaza dels Àngels, frente al Macba. Mucha gente en la entrada (aunque en esta edición se haya prescindido de los dj que animaban mucho) mientras los skaters intentaban coronar con más dificultades sus piruetas habituales. Dentro, la exposición dedicada al punk mostraba a los cincuentones cómo las consignas de su juventud, "no hay futuro", tienen hoy un clarividente eco. Mientras algunos se fotografiaban junto a un Johnny Rotten de cartón piedra (algo que en otras circunstancias sería impensable) los más jóvenes se mostraban atónitos ante la violencia de lo expuesto, la recreación de la habitación ensangrentada donde murieron los atletas israelís a manos de Septiembre Negro o la tipografía realizada con excrementos humanos que llevó a más de uno a preguntarse por la técnica de su realización. Otros se dejaban llevar por la danza contemporánea de Manuel Rodríguez al que las distintas plantas del edificio ofrecían una bonita perspectiva.

Diametralmente opuesto en intenciones -dos arpistas animaban la velada- era la visita al Palau Güell, que se incorporaba este año al programa. Con un aforo limitado dejó gente con ganas de visitar la mansión gaudiniana del mecenas. Las entradas se habían repartido a las seis de la tarde y solo se podía acceder a la hora prevista. Caminar por los salones y bajo las bóvedas paraboidales de la buhardilla ofrecía, por contraste, una calmada sensación de 'chill out' y el paseo por la terraza, al filo de la medianoche, toda una exquisitez.

Poco antes de la una, la hora oficial de cierre de las actividades, en la Gran Lògia Provincial de Catalunya, en la Gran Via, todavía había una larga cola de curiosos que intentaban desvelar el tradicional secretismo masónico. El año pasado fue la primera vez que se incluyó en el programa. En este, 2.000 personas lograron meter la nariz en los templos de la logia, dos salas en realidad cargadas de símbolos, columnas salomónicas y con suelos ajedrezados, menos grandes de lo que parecería indicar su título oficial. Lejos de los contubernios de las pesadillas franquistas, estos masones se empeñan en demostrar lo muy sabios, justos y humanistas que intentan ser (paradójico, puesto que en esta logia, en concreto, no se admite a las mujeres), pero el cazador de curiosidades se pudo quedar bien servido. ¿Alguien se ha preguntado por qué las chocolatinas Toblerone tienen forma triangular? Pues porque el señor Tobler, su creador, rendía pleitesía al Gran Arquitecto del Universo. Él es tan solo uno de una larga lista de masones en la sombra.