EN BARCELONA
Un 'Padre Nuestro' grabado en suajili
Ngugi wa Thiong'o visita la Sagrada Família y queda "alucinado" con la joya de Gaudí
Javier Triana
Periodista
JAVIER TRIANA / BARCELONA
"Oy, oy, oy... ¡esto es alucinante!". Los pequeños ojos de Ngugi wa Thiong'o se abren como los de un niño sorprendido nada más salir del taxi y empezar a recorrer con la vista la fachada de la pasión de la Sagrada Família. Una de sus editoras en España, Laura Huerga, ha concertado una visita guiada para el novelista, quien en sus anteriores viajes a Barcelona no había tenido ocasión de acercarse a la obra más célebre de Gaudí.
La guía lleva a Thiong'o ante una maqueta del edificio y le empieza a explicar: el arquitecto falleció embestido por un tranvía cuando el edificio estaba aún en construcción; las obras comenzaron en 1882 y concluirán, si todo va bien, dentro de nueve años; Gaudí sabía entonces que no existía la tecnología necesaria para llevar a cabo el trabajo, pero pensaba que sí la habría en el futuro; este proyecto fue como su sueño...
"Un sueño...", repite Wa Thiong'o, como seducido por el concepto. Es este un tema que le gusta: la primera parte de sus memorias, de reciente publicación en castellano y catalán por Rayo Verde, se titula 'Sueños en tiempos de guerra', y la tercera –cuya salida en España está prevista para un futuro próximo– se podría traducir como 'Nacimiento de un tejedor de sueños'.
DESCANSO ANTE EL ALTAR
Dentro de la basílica, el novelista levanta despacio la cabeza hacia el techo, como incapaz de abarcar el bosque de columnas. Se sienta a descansar en el lugar habilitado frente al altar y dirige su mirada a la decoración, al órgano, a las vidrieras. La guía le cuenta cómo el templo forma parte de la vida de los barceloneses, que crecen con las obras de fondo e incluso han incorporado al lenguaje, el campo predilecto de Wa Thiong'o, una expresión para denotar tardanza indefinida: "Esto es como las obras de la Sagrada Família".
Al levantarse, la silla cede y el escritor se ve encajonado un segundo. Luego se dirige a la que será la entrada principal y se apoya sobre uno de los pilares. "Esto espero no romperlo...", bromea, antes de acercarse a la reproducción de la puerta de bronce que da acceso al templo y que tiene el 'Padre Nuestro' grabado en 54 idiomas. "¿También en suajili?", pregunta Wa Thiong'o, que se pone de inmediato a buscarlo. "¡Ahí! ¡Ahí está!", señala. "Baba yetu...".
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