OBRA GANADORA DE LA ÚLTIMA BECA ALHÓNDIGA

El peso de la culpa

Pep Domingo 'Nadar' debuta con el ambicioso cómic 'Papel estrujado'

Viñeta de 'Papel estrujado', de Nadar.

Viñeta de 'Papel estrujado', de Nadar.

ANNA ABELLA
BARCELONA

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Una historia contemporánea sobre la cobardía, la soledad, el peso de los errores y la culpabilidad recorre las 400 páginas de Papel estrujado (Astiberri), un drama seco y contenido (que ha vendido ya los derechos a Francia y Alemania), con el que Pep Domingo Nadar (Castellón de la Plana, 1985) ha irrumpido con ambición y madurez en la novela gráfica tras ganar la que sería la última beca Alhóndiga, gracias a la cual pudo desarrollar el proyecto durante un año en la Maison des Auteurs de Angulema, la meca francesa del cómic.

«La historia ha surgido explorando la parte más emocional del ser humano. En ficción tengo tendencia al drama, pero sin regodearme en él. La culpabilidad ha sido uno de los temas clásicos del siglo XX y a mi me interesa la soledad que surge de la culpa: cómo intentamos seguir adelante sin querer desprendernos del pasado. Hay personajes que superan sus demonios personales y otros que no. Así, Jorge quiere sufrir, no quiere olvidar, asume que ha hecho algo malo. Javi, en cambio, es un adolescente que puede olvidar y empezar de nuevo», explica Nadar sobre sus protagonistas, el primero, un hombre triste, misterioso y atormentado por un error del pasado, y el segundo, un joven que por unos euros ejerce de matón para excompañeros de clase y que se siente como «un papel estrujado, como si todos hicieran con él lo que les viniera en gana».

Aunque en realidad, el título de Papel estrujado Papel estrujadosurge de un poema de Tristan Tzara que alude al «espíritu dramático de la historia». Una pista: al inicio de cada capítulo dibuja un piano que ya aparece en la portada y que se adivina predestinado a estrellarse contra el suelo. «Es un símbolo de la caída -aclara-. Me gusta colocar puertas abiertas para que el lector las interprete como quiera».

«Mi identidad es hacer historias», asume Nadar, sobrenombre que tomó «prestado» a un francés pionero de la fotografía de finales del XIX cuyos retratos le cautivaron. Historias que ha sabido tramar como un puzle que no encaja hasta el final. Quizá porque, además de haber trabajado en varias librerías, es un lector empedernido y un «apasionado de la literatura». Valga el detalle de una viñeta: una estantería con títulos de Leonard Cohen, Bryce Echenique, Jeffrey Eugenides, Virginia Woolf, G.K. Chesterton, Mishima..., la mayoría sacados de su casa.

Licenciado en Bellas Artes en Barcelona, Nadar ha sido desde niño un «gran lector de manga y de cómic europeo» y en su formación han pesado Will Eisner, Daniel Clowes, Charles Burns o Chris Ware. Y, como veía ganar a «autores con un discurso gráfico muy distinto» al suyo, se presentó «con mucho escepticismo» a la beca Alhóndiga, del centro cultural bilbaíno homónimo, en cuya nómina de beneficiarios, entre otros, han figurado Alfonso Zapico, con Dublinés (Premio Nacional de Cómic) y Álvaro Ortiz, con Cenizas, ambos vendidos ya a Alemania. «Suspender esta beca ha sido una decisión personal. Ha habido un cambio de rumbo en la dirección. Económicamente era factible mantenerla, este año tenían incluso más presupuesto. Ha sido una falta de perspectiva -opina-, porque ha tenido resultados muy buenos y daba vida al cómic español. Sin la beca yo no habría acabado el libro».

CRÍTICA / «Tarde o temprano las instituciones verán que el cómic está a la altura de cualquier otro medio cultural», augura optimista. Eso, a pesar de que su próximo trabajo, El mundo a tus pies, tiene, como Papel estrujado, un punto dramático. «Aspira a ser novela más generacional, con tres historias paralelas de personas jóvenes y desencantadas. Es una crítica a este gran engaño que nos envuelve. Esta historia sí me toca de cerca».