UN AUTOR COMPROMETIDO CON SU TIEMPO

El Nacional reivindica la rebeldía de Sampedro

El Premio de las Letras distingue la trayectoria del escritor y economista

José Luis Sampedro y su mujer, Olga Lucas, en su casa de Mijas, ayer.

José Luis Sampedro y su mujer, Olga Lucas, en su casa de Mijas, ayer.

ELENA HEVIA
BARCELONA

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José Luis Sampedro es posiblemente el escritor más lúcido y rebelde de los que pueblan la geografía intelectual española, también es el más joven. No importa que en su documentación conste que nació (casualmente) en Barcelona, hijo de un médico militar destinado en Catalunya, un mes de febrero de hace 94 años. Su voz y su sabiduría como catedrático de Estructura Económica se ha convertido en la referencia capital para los jóvenes indignados del 15-M. Nadie se merecía más firmar el prólogo de la edición española de¡Indignaos!, de Stéphane Hessel, que este escritor, economista, académico de la lengua y exsenador. De ahí lo consecuente -y simbólico- de su elección este año como premio Nacional de las Letras, que distingue una trayectoria literaria. La de Sampedro excede el marco puramente literario. Como ha señalado el jurado, presidido por el todavía director general del Libro Rogelio Blanco, su pensamiento «aboga por una economía más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos».

A Sampedro, la noticia de que había recibido el más importante galardón después del Cervantes, dotado con 40.000 euros, le ha pillado en la carretera. Huyendo del frío madrileño hacia las tierras cálidas del sur en el pueblecito malagueño de La Cala de Mijas, donde suele pasar el invierno. «Está hecho polvo por las cinco horas de coche, pero también está feliz, absolutamente aturdido por la emoción de un premio del que ya estaba convencido, por edad, que le pasaba de largo», explica su mujer, Olga Lucas, convertida, como de costumbre, en la portavoz de su marido. «Está muy sordo y el sonotone le dificulta hablar por teléfono», explica la poeta y traductora, que ha escrito al alimón con su esposo la recienteCuarteto para un solista, una novela de ideas publicada el pasado verano por Plaza y Janés y le ha ayudado en sus últimos trabajos.

«Abrumado por el devenir del mundo», la conciencia del presente ha dejado al escritor con un amargo poso, según su esposa. «La actualidad española, que vive muy intensamente, le tiene muy preocupado. Por desgracia, lamenta tener razón, siente mucho que la realidad haya confirmado todos los peligros que él predijo hace años en sus libros de economía y que certifican que la crisis no era tan impredecible como afirman ahora muchos».

Los años pueden doblegar el físico debilitado y quijotesco del escritor pero no su pensamiento, como pudo apreciarse en Sant Jordi del 2010 cuando en un discurso vibrante y sin arrugas equiparó el capitalismo salvaje en el que vivimos con una «época de barbarie como la del imperio romano». «El no deja de escribir ni un solo momento -explica Olga Lucas, que seguirá colaborando con su marido- y seguramente su próximo trabajo será una obra de pensamiento sobre el futuro, que es lo que más le preocupa ».

Sampedro ha sabido reinventarse varias veces a lo largo de su dilatada existencia. Su infancia la acuñó en Tánger. Y a diferencia de lo que suele ser habitual ha recorrido el camino inverso desde las posiciones conservadoras de su juventud hasta la radicalización de madurez y todo ello con un conocimiento profundo de la economía que consigue algo realmente difícil: acercar al ciudadano con claridad meridiana esa ciencia hermética que es la economía (para muestra su visionariaEconomía humanista. Algo más que cifras, 2009). Y es que conoce bien las entrañas de la bestia: fue asesor del Banco Exterior de España. Aunque empezó a escribir muy pronto, a los 20 años, no publicóCongreso en Estocolmohasta 1952 y una década más tardeEl río que nos lleva, dos novelas que si bien no pasaron desapercibidas apenas levantaron polvareda. No fue hasta ver cercana la jubilación, a los 64 años, que empezó a formar parte de «la nómina oficial de los escritores españoles» y a recuperar de los cajones toda su obra anterior. Se convierte entonces en una figura popular y querida por el gran público con éxitos comoOctubre, octubre,La sonrisa etruscaoLa vieja sirena.

Sabe muchas verdades este hombre que no alardea y se toma a sí mismo con ironía. Por tener no tiene ni una mesa de despacho oficial. Un día cruzó una tabla de madera sobre su sillón y desde entonces escribe sobre ella. Ligero de equipaje.